Adriadne Vranjes
Página 1 de 1.
Adriadne Vranjes
str: 8 / -1
con: 10 / 0 (16 / +3)
dex: 16 / +3
int: 12 / +1
wis: 10 / 0
cha: 20 / +5
HP = 49 (94)
Energía = 259
Iniciativa = 3
Movement = 30m
Ataque = 7/2
Defensa = 3
Saving throws
Base Mod Special Total
Con 5 0 3 8
Ref 5 3 2 10
Will 9 0 0 9
Abilities
Dynamic sorcery +6
Pet monster +5
Item of power +10
Six sense magic
Mind shield +1
Magia
Curacion
Alquimia
Enhancment (Reinforcement)
Hasta nivel 5 o similar
Artemis, The sacred bow of heaven
Special attack (Nivel 8 )
13d8, en un area de 40m de radio
Limited shoots (-2)
Slow (-1)
Static (-2)
Use energy (-1) 5 de energía (max 3 tiros)
Area (1)
Skills
Archery
Ranged defense
Knowlage Arcana / int
Knowlage Ocult / int
Concentration / con
Knowlage Area / int
Move Silently / dex
Feats
1 Accuracy
h Blind shot
3 Sneak Attack
6 Lightning reflexes
9 Point blank shot
12 Far shot
15 Endurance
Defects
No uso esper (2)
Easily distracted (1) Arcos antiguos
Fama (2) Local y de la asociación de magia
Workshop(Alchemy) (1)
Marked (2) Tatuaje en los brazos de 2 leones
Servant (???) Saber
str: 24 / +7
con: 22 / +6
dex: 20 / +5
int: 12 / +1
wis: 20 / +5
cha: 12 / +1
HP = 49 (90) = 139
Energía = 98
Iniciativa = 3
Moment = 30m
Ataque = 12 / 7 / 2
Defensa = 5
Saving throws
Base Mod Special Total
cons 5 6 0 11
ref 5 5 0 10
wis 5 5 2 12
Abilities
Item of power +15
Animal speaking
Sword (???)
Special attack (Nivel 10)
17d8
Drop shield (-1)
Short range (-1)
Slow (-1)
Limited shoots 3 (-2) //Recarga en 30 minutos
Energy (-2) //10 de energía
Lance
La curación natural de las heridas causadas por esta lanza es a la mitad, y ninguna curación magica funciona (regeneracion incluida)
Maldición
Chain(???)
ST fort 30
incamapitating (1)
No damage (-1)
Special divinity (1)
Short range (-1)
Skills
Melee attack
Meele defense
Special ranged attack
Tumble / dex
Jump / str
Feats
1 Two weapon fighting
3 Two weapon fighting
6 Leap attack
9 Steady hand
12 Iron will
15 Block ranged attack
Defects
Market (3)
Maximun force (5) (Espada)
Mana dependant (3) consume 2 de prana por hora
Picture
con: 10 / 0 (16 / +3)
dex: 16 / +3
int: 12 / +1
wis: 10 / 0
cha: 20 / +5
HP = 49 (94)
Energía = 259
Iniciativa = 3
Movement = 30m
Ataque = 7/2
Defensa = 3
Saving throws
Base Mod Special Total
Con 5 0 3 8
Ref 5 3 2 10
Will 9 0 0 9
Abilities
Dynamic sorcery +6
Pet monster +5
Item of power +10
- (Special attack +8 )
- (Con +3)
- (Pet monster +2)
- Organizational Ties +1 (2 puntos)
- Clear mind +1 (Regen +2)
Six sense magic
Mind shield +1
Magia
Curacion
Alquimia
Enhancment (Reinforcement)
Hasta nivel 5 o similar
Artemis, The sacred bow of heaven
Special attack (Nivel 8 )
13d8, en un area de 40m de radio
Limited shoots (-2)
Slow (-1)
Static (-2)
Use energy (-1) 5 de energía (max 3 tiros)
Area (1)
Skills
Archery
Ranged defense
Knowlage Arcana / int
Knowlage Ocult / int
Concentration / con
Knowlage Area / int
Move Silently / dex
Feats
1 Accuracy
h Blind shot
3 Sneak Attack
6 Lightning reflexes
9 Point blank shot
12 Far shot
15 Endurance
Defects
No uso esper (2)
Easily distracted (1) Arcos antiguos
Fama (2) Local y de la asociación de magia
Workshop(Alchemy) (1)
Marked (2) Tatuaje en los brazos de 2 leones
Servant (???) Saber
str: 24 / +7
con: 22 / +6
dex: 20 / +5
int: 12 / +1
wis: 20 / +5
cha: 12 / +1
HP = 49 (90) = 139
Energía = 98
Iniciativa = 3
Moment = 30m
Ataque = 12 / 7 / 2
Defensa = 5
Saving throws
Base Mod Special Total
cons 5 6 0 11
ref 5 5 0 10
wis 5 5 2 12
Abilities
Item of power +15
- (Special attack +10)
- (Force field +4)
- (Special attack +10)
- (Attack +5)
Animal speaking
Sword (???)
Special attack (Nivel 10)
17d8
Drop shield (-1)
Short range (-1)
Slow (-1)
Limited shoots 3 (-2) //Recarga en 30 minutos
Energy (-2) //10 de energía
Lance
La curación natural de las heridas causadas por esta lanza es a la mitad, y ninguna curación magica funciona (regeneracion incluida)
Maldición
Chain(???)
ST fort 30
incamapitating (1)
No damage (-1)
Special divinity (1)
Short range (-1)
Skills
Melee attack
Meele defense
Special ranged attack
Tumble / dex
Jump / str
Feats
1 Two weapon fighting
3 Two weapon fighting
6 Leap attack
9 Steady hand
12 Iron will
15 Block ranged attack
Defects
Market (3)
Maximun force (5) (Espada)
Mana dependant (3) consume 2 de prana por hora
Picture
- Spoiler:
Última edición por Karalyne el Miér Mayo 09, 2012 7:15 pm, editado 7 veces
Re: Adriadne Vranjes
Historia
El bosque se extendía por mas 3 kilómetros estando a la sombra del monte Kithairon y en él había un Gran león con una piel tan dorada que parecía hecha de oro y unas garras y colmillos tan afilados que podrían destrozar un roble sin el menor esfuerzo; o al menos eso decían los campesinos. Y en medio de ese bosque cabalgaban 3 personas: un hombre de aproximadamente 26 años con ropajes lujosos y un gran bolso en su espalda, detrás suyo se encontraba una hermosa mujer de la misma edad pero ella no vestía ningún ropaje de especial elegancia sino que incluso llevaba los brazos al descubierto y un extraño arco en su espalda, no obstante, la más extraña de las 3 era la que iba de ultimo que no era sino una niña de 6 años.
-Ahora que lo pienso Adriadne, ¿esta es la primera vez qué sales de cacería con nosotros no?-le preguntaba su padre mientras cabalgaba a través del gran bosque.
Pero para sorpresa del padre no fue la niña quien respondió sino su mujer.
-Ya deberías saber bien la respuesta Aeneas, por otro lado, la niña está muy asustada; después de todo no todos los niños salen a cazar Leones a tan corta edad- le dijo la mujer a su marido mientras le dirigía una sonrisa.
La respuesta tomo por sorpresa a Aeneas, después de todo el solía ser el más racional de la familia, al contrario de su mujer que siempre había sido muy atrevida y audaz, -"pero bueno"- pensó en su interior cuando la conoció -"después de todo, ¿qué más se podía esperar de una Vranjes?"
El día prosiguió normalmente hasta el ocaso, y la niña como era natural estaba muy cansada después de casi todo un día cabalgando a lomos de un caballo mucho más grande que ella, por lo tanto, como era natural su padre decidió llevarla junto a él en su caballo.
-Ya deberíamos irnos Aclys, es obvio que si no encontramos al dichoso león en 12 horas no le encontraremos en las 2:30 horas que faltan para que oscurezca.
-Te irás tú Aeneas, yo me quedare a buscar al león y le brindare muerte con mi arco - le respondió Aclys a Aeneas.
-Muy bien... yo me adelantare con nuestra hija, cuídate.
-Adiós entonces- le respondió su mujer mientras tensaba el arco con determinación, claramente ella preferiría regresar al castillo y descansar, pero era su deber como Second Owner el acabar con esa bestia antes de que se expusiera ante mas personas inocentes, especialmente considerando que se trataba nada más y nada menos que de una bestia mágica.
Aeneas hizo beber al caballo una pócima para que fortaleciera y así poder llegar mas rápido al castillo, y como era de esperar de un alquimista de Euclidys la pócima funciono a la perfección; ya en 1 hora había recorrido la misma distancia que había recorrido en 6 horas y se acercaba al final del bosque, Sin embargo algo le detuvo, no fue el cansancio o un árbol que se interpuso en su camino, sino el terror más absoluto. Enfrente de él se alzaba sobre una gran roca un León que brillaba como el Sol y que era tan grande como un oso, Aeneas ya había cazado algunos leones antes, sin embargo, este era diferente; su presencia era similar a la de una bestia fantasmal, si no era una, al menos descendía de una. Pero aun con eso Aeneas no retrocedió y se paro entre el León y su hija.
-¡Maldita Bestia!, todo un día y ¿¡decides aparecer justo en este momento!? - grito Aeneas pero por mas furioso que estuviera no perdió nunca la compostura, en unos instantes lleno el espacio que le separaba a él y a la bestia con una sustancia liquida conocida como Rhenium, un metal muchas veces más duro que el acero, y lo solidifico en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo, la fuerza del león no podía ser detenida tan fácilmente, cada zarpazo que lanzaba podía destruir piedras del tamaño de un vehículo sin el menor esfuerzo y ya había atravesado la mitad de la barrera.
-Definitivamente eres especial, pero no puedo permitirme que avances un centímetro más- se dijo Aeneas a si mismo mientras sacaba una botella llena con un extraño liquido rojo- ¿Me pregunto si lograras sobrevivir a esto?- entonces lanzo la botella a la barrera de Rhenium que le separaba del león, y como esperaba el Rhenium se derritió alcanzando una temperatura superior a los 3000° grados y cayó sobre el indefenso león.
Quién diría que la dichosa investigación de los Einzbern sobre las propiedades del Rhenium podría salvarme la vida algún día, ¡Que lastima la verdad!, ahora tendré que gastar una fortuna para recuperar el Rhenium que perdí- sin embargo cuando la humareda se disipo Aeneas se llevo una gran sorpresa, la bestia apenas había sido herida por la terrible temperatura, pero ya no parecía la majestuosa bestia dorada que se asomo sobre la gran roca; ahora parecía un demonio lleno de quemaduras y con unos ojos de un rojo tan intenso que parecían las puertas al mismísimo infierno.
Claramente el león estaba inmovilizado pues le costaba moverse en el Rhenium derretido, pero ¿por cuánto tiempo retendría el Rhenium al león? Y además el brillo parecía ser una especie de defensa mágica, ¿Cuánto tardaría en recuperarlo?, Aeneas se planteaba esas interrogantes mientras retrocedía paso tras paso, ya había gastado su carta del triunfo y no tenía ningún otro truco del nivel suficiente como para herir al león; claramente el gran alquimista de Euclidys había perdido…
Aclys estaba frustrada por la intensa búsqueda, la situación no era natural, ¿desde cuándo un león tan agresivo como aquel que habían visto los campesinos rehuía tanto de unos simples cazadores?, ya la luz del ocaso iluminaba el bosque y ella no había logrado ningún avance, pero a su vista se cruzo un pequeño monte ubicado en la base del Kithairon desde donde podría observar todo el bosque y como era natural se dirigió a la cima de ese monte, desde allí claramente podría vigilar una mayor porción de terreno sin tener que estar dando esas molestas vueltas en círculos.
-Bien… esta posición es perfecta, aunque este viento no me favorece en absoluto… pero no importa, tengo que apresurarme y encontrar al león antes de que anochezca- pensó en sus interiores Aclys mientras tensaba el arco, entonces procedió a reforzar sus ojos para poder vigilar todo el bosque con precisión, su vista ahora se asemejaba a la de un halcón considerando que podía ver a una ardilla ubicada a 1200 metros.
Pero seguía sin ver a la bestia por más que mirara con detenimiento todo lo que tenía a su vista… pero entonces vio una luz dorada que brillaba en la dirección donde se encontraba su castillo, sin embargo, no se emociono en absoluto al ver a la bestia pues para su desgracia se encontraba frente a su esposo y lo que era peor estaba a menos de 20 metros de su hija; comenzó a tensar el arco y reforzó sus brazos para poder disparar el proyectil con mayor fuerza, claramente confiaba en que Aeneas podría detener a la bestia el suficiente tiempo como para poder dispararle un proyectil mágico.
Veía como su esposo lanzo una extraña sustancia al aire que se convirtió en la más solida de las barreras pero la bestia atravesó la mitad de la barrera en menos de 10 segundos; entonces fue cuando Aclys cayó en cuenta del demonio al que se enfrentaba, disparo un proyectil pero ni siquiera rasguño a la bestia.
-¡Maldición!... ¿¡por qué tiene que salir de esta manera?!, a este paso perderé todo lo que me queda!!!… grito Aclys desesperada, pensó en usar a Artemis pero con su escasa compatibilidad podría terminar matando a su familia con sus propias manos… pero en su desesperación vio un rayo de luz, su esposo tenía un as bajo la manga y en un abrir y cerrar de ojos sumergió a la bestia en un liquido capaz de derretir otros metales con facilidad, sin embargo fracaso debido a la protección divina de la bestia, pero Aclys no desespero pues con sus ojos podía ver algo que su esposo no.
La protección de la bestia había caído tras el ataque después del gran ataque, podría estar cubierto por una humareda, pero eso no era suficiente para proteger a la bestia de la aguda vista de Aclys, fue en ese momento cuando vio su oportunidad, la protección de la bestia regresaría en unos 20 segundos aproximadamente pero ese era un tiempo más que suficiente, quizás dadas las condiciones podría usar a Artemis sin poner en peligro a su esposo e hija.
-Bien, veamos si eres capaz de sobrevivir a este ataque ¡maldita bestia! – Aclys puso toda su concentración en su objetivo mientras clavaba firmemente sus pies en el suelo; su magic crest brillaba como la luna en un cielo despejado mientras un proyectil tomaba forma en el arco, no era diferente de los anteriores pero poseía una fuerza indescriptible.
-Objetivo Adquirido, 1400 metros hacia el oeste- murmuro Aclys al arco como si hablara consigo misma, entonces un extraño círculo mágico apareció enfrente del arco, un circulo lleno de símbolos inentendibles para el ojo humano pues se trababa del lenguaje de los dioses, un circulo que evocaba a una magia que ya no existía en nuestro mundo, el nombre de este milagro era Artemis, El Arco Sagrado de los Cielos, un arco que una vez perteneció a la diosa de la luna y la caza, y más adelante a la gran heroína griega.
El proyectil salió disparado a través del círculo adquiriendo un poder mas allá de lo que un humano puede lograr, un rayo de luz celeste atravesó el cielo y llego al león.
Aeneas ya había aceptado su muerte cuando vio acercarse al rayo de luz celeste, - ¿¡Artemis?! , ¿Es que esta mujer planea matarnos a los 3 juntos?,- gruño Aeneas.
El conocía muy bien el ridículo poder del arco del cielo y entendía que si llegaba a impactar la explosión no solo mataría al león, sino que además acabaría con su vida y la de su hija; y como había predicho la flecha atravesó al león sin dificultad alguna, pero entonces sucedió algo que Aeneas no esperaba, la bestia recupero su protección divina en el último instante y el enorme poder explosivo del proyectil no pudo superar la barrera.
El proyectil destruyo todos los órganos de la bestia sin dejar rastro alguno, pero la piel dorada contuvo la explosión gracias a la protección divina.
-Sinceramente cada día me sorprende mas, no tengo idea como calculo el tiempo que tardaría el león en recuperar su protección pero disparo el proyectil tomando en cuenta ese factor… pero que desperdicio… podría haber usado un proyectil con menos potencia y así dejar malherido al león pero con vida, entonces tendría una fuente interesante para hacer experimentos alquímicos, quizás hasta podría haber creado una pócima que lograra un copycat de su protección divina y lo que era peor… el león podría ser descendiente del legendario león de nemea, ¿cuánto dinero no habría pagado la asociación por una prole del Legendario león que se enfrento a Heracles?
Pero ya no se podía hacer nada, por tanto, Aeneas se limito a recoger un poco del pelaje del león y volvió a montar el caballo para terminar el viaje de regreso al castillo, a diferencia de antes este fue un viaje muy lento y se debió a que Aeneas estaba muy adolorido, ciertamente no recibió ninguna herida pero el realizar un ritual alquímico de ese nivel tan rápidamente tiene su precio; su corazón le dolía como si estuviera recibiendo pinchazos cada segundo y apenas podía sentir sus brazos.
Pero aun con ello logro llegar en 2 horas al castillo, como era de esperar su esposa llego antes y alerto a las sirvientas para que estuvieran preparadas para recibirle.
-¿Necesita de algo mi señor? Le pregunto la más joven de las sirvientas.
-Solo una cosa, quiero que lleven a Adriadne a su habitación en este momento, por más que desee pasar más tiempo con ella… estoy demasiado cansado para cuidarla- les respondió Aeneas.
Las sirvientas no tardaron en obedecer y llevaron a Adriadne a su habitación, entonces Aeneas se dirigió a su taller para investigar las cualidades mágicas de los pelos del león antes de que desaparecieran, pero se encontró a mitad de camino con su esposa quien le dirigió una sonrisa, originalmente Aeneas planeaba ignorar el asunto y pasar de largo, pero ahora no podría evitar el tener que recriminarle sus acciones a su esposa.
-Aclys, ¿entiendes el porqué te digo que no uses el arco a menos que sea extremadamente necesario?, tu compatibilidad con él es apenas del 50%, lo cual significa que apenas puedes usarlo, cada vez que lo usas acortas tu vida y ¿para qué?, el León podría haber muerto con 2 disparos de tus proyectiles mágicos sin que tuvieras que usar a Artemis, destruiste por completo al león arruinándome muchas posibilidades y lo que es peor; sabes bien que con tu compatibilidad podrías haber fallado y habernos matado a nosotros 2- le recrimino Aeneas a su mujer.
-Solo quería protegerles…-dijo con una voz solloza, -estaba bajo presión y no pude pensar bien, solo quería salvarles- le respondió Aclys a su esposo.
-Yo lo sé mi amor, pero debes entender que no debes de usar el Arco salvo que tu vida este en un verdadero peligro, cada vez que tu usas el arco haces tu vida más corta, y sencillamente no puedo tolerar la idea de que abandones este mundo antes que yo, quiero salvarte a ti y a nuestra hija cueste lo que me cueste- dijo Aeneas mientras abrazaba fuertemente a su mujer, el estaba determinado a salvar a la familia, y estaba seguro de que eventualmente encontraría la manera, después de todo era el vicedirector de Euclidys y además tenía en sus manos toda la investigación del legendario Alquimista Alexander Vranjes, no importa cómo, pero haría todo lo posible para lograr su objetivo, aun si eso significaba sacrificar su propia vida.
10 años pasaron desde aquella tarde y la felicidad llenaba el antes melancólico castillo, dado que, muchos eventos le habían cambiado; en primer lugar la heredera había crecido como una hermosa y talentosa joven, cada día que pasaba mejoraba con el Arco y aprendía más de la magia de sanación y de la alquimia, además, Adiadme había mostrado una compatibilidad del 95% con Artemis; algo que no sucedía desde el I siglo de nuestra era…
No obstante lo que más había cambiado el ambiente era el nacimiento de un nuevo hijo en los últimos meses, por otro lado, Aeneas había logrado importantes avances en su investigación y por ello pasaba la mayor parte del tiempo en la sede de Euclidys, sin embargo, por alguna razón también había estado manteniendo contacto con el actual cabeza de los Einzbern.
Sin embargo aquel extraño comportamiento no parecía importarle a nadie, después de todo Aeneas siempre había sido un hombre muy ocupado debido a su posición como vicedirector de Euclidys y además no era la primera vez que trabaja junto a estos.
Adiadme por otro lado, practicaba todos los días con Artemis, eventualmente adquirió habilidades que rivalizaban con las de su madre, sin embargo, Aclys sabía muy bien que ya no podía rivalizar con su hija… No, desde un principio nunca fue rival, después de toda su hija fue capaz de utilizar a Artemis aun con la magic crest implantada a medias… y ahora que tenia la Magic crest completamente trasplantada tenía un potencial mucho mayor al que ella alguna vez tuvo.
- Estoy realmente orgullosa de ti, ¿quién pensaría que aquella niña temerosa se convertiría en una mejor arquera de lo que yo fui?, y no solo eso, también tienes talento para la magia- le dijo Aclys a su hija.
-Todo es gracias a ti madre, tú me has enseñado casi todo lo que se, además de no ser por ti no estaría viva- le respondió Adiadme con una cálida sonrisa.
Aclys fue sorprendida por las palabras de su hija, estaba conmovida pero al mismo tiempo apenada, después de todo es cierto que la trajo al mundo y que hace 10 años le salvo de la terrible bestia pero no es menos cierto el que su hija y esposo podrían haber muerto por su culpa, sin embargo; Aclys recobro la compostura y le dirigió unas palabras a su hija.
-Entiende esto Adriadne, soy yo la que está en deuda contigo y no al contrario- le dijo Aclys a su hija- ahora ve con tu padre, ya es hora de tus lecciones, yo mientras tanto cuidare de tu hermanito.
Adriadne abrazo fuertemente a su madre y después se dirigió al taller de su padre.
-Bien, ¿por qué tardaste tanto?- le pregunto Aneas a Adriadne.
-Mi madre decidió terminar de trasplantar la magic crest de la familia, no tuve opción- le respondió Adriadne a su padre.
-Excelente, ¡No podría haber escogido un mejor día para ello!- dijo Aeneas como si hablara consigo mismo, pero a pesar de que fuera un murmuro no podía ocultar la felicidad de su rostro.
-¿A qué te refieres?, sinceramente no entiendo que tiene que ver eso con mis lecciones de Alquimia y sanación- le pregunto Adriadne con una cara llena de confusión, pero su padre no le respondió, sino que al contrario se dirigió al otro lado de la habitación y comenzó a buscar algo en un baúl.
Pasaron minutos y Aeneas seguía buscando, pero tan repentinamente como comenzó su búsqueda termino…
-¡Al fin te encontré!- dijo en voz alta Aeneas mientras sacaba un viejo pergamino, el pergamino tenía unos extraños signos sellados en el, sin embargo, lo que realmente sorprendió a Adriadne fue ver a su padre escribir 2 párrafos en el pergamino.
Tardo 5 minutos en terminar y entonces se acerco a su hija.
-Primero que nada bebe esto, te aliviara el dolor- le dijo su padre calmadamente a su hija, Adriadne obedeció a su padre y tomo el elixir- ahora necesito que extiendas tu brazo- le pidió Aeneas a su hija
-Está bien- respondió Adriadne mientras extendía su brazo, su padre entonces agarro de nuevo el pergamino y lo enrollo alrededor del brazo izquierdo de Adriadne, ella no se inmuto por el proceso, pero fueron las extrañas palabras de su padre lo que le tomo por sorpresa.
-Custodio Arcanus – pronuncio en un instante Aeneas llenando la habitación con una luz azul que era desprendida no solo del pergamino sino también de la Magic Crest de su hija, claramente Adriadne no comprendía porque su Magic Crest se había activado de esa manera; pero su padre ni se inmuto por el suceso, claramente era lo que tenía que suceder.
Adriadne aun con la ayuda del elixir sentía un dolor tan agudo que podía compararse con la herida de una bala, pero aun así no perdía la conciencia, después de todo había sido entrenada como magus y por tanto estaba acostumbrada al dolor y en un momento dejo de sentir todo dolor, para empezar ya no podía sentir su brazo izquierdo; en ese momento el pergamino ardió sin quemarle y su Magic Crest dejo de brillar.
-¿Qué has hecho?, ¡¿por qué no puedo sentir mi brazo?! – le pregunto desesperadamente Adriadne a su padre, después de todo ¿Cómo podría usar el arco con un brazo inútil?
-No te preocupes, en un par de días tu brazo volverá a la normalidad, por otro lado; sencillamente acabo de guardar toda mi investigación en tu magic crest, eventualmente cuando tus habilidades en la alquimia mejoren podrás acceder a ella- le dijo su padre calmadamente.
-Discúlpame, no debí dudar de ti- le respondió Adriadne a su padre.
Aeneas le sonrió y puso su mano sobre la cabeza de Adriadne.
-Escucha Adriadne, algún día crecerás para ser una alquimista más grande de lo que yo fui y ocuparas el lugar que le toca a los Vranjes por derecho; no tienes que presionarte ni preocuparte por ello, lo que es más importante, cuando llegue ese día quiero que cuides de la familia por mi; mantén buenas relaciones con la asociación y nuestros amigos los Einzbern y lo que realmente deseo… es que vivas feliz- le dijo Aneas mientras acariciaba a su hija- ahora me marchare un tiempo a Euclidys para terminar unos asuntos incompletos y cuando vuelva continuaremos con tu entrenamiento,
Aeneas beso a su hija en la mejilla y se alejo hasta salir por la puerta.
La habitación quedo en silencio, aunque no era un silencio total pues estaba el llanto de Adriadne, su padre ya había salido a Euclidys miles de veces en su vida, pero Adriadne sospecha que esta sería la última vez que le vería.
Pasaron 2 meses desde aquella noche y Aeneas se encontraba más ocupado que nunca, y lo que más le molestaba era que no había podido dedicar siquiera un día entero a su investigación por más de un mes.
Los fuegos de la guerra ardían en el mundo, Rusia le había declarado la guerra a ciudad académica pero eso era lo que menos le preocupaba, el verdadero problema era la activa participación de muchos magos en la guerra, al parecer los grupos que no consideraban la magia una herejía habían tomado el control de 3 de las 4 Iglesias más grandes del mundo, Incluso el mismo Papa no pudo negar la utilización de aquella magia “sacra”, pero el problema era que aquellos magos le habían declarado la guerra abiertamente a la ciudad académica.
La asociación claramente se vio superada y ahora el secreto del mundo mágico estaba en juego, pero aun quedaban miembros en la Iglesia que se oponían a mostrar el poder de la magia al mundo, así que luchó una guerra paralela, por un lado estaban de acuerdo con sus compañero sobre el hecho de que Ciudad Académica debía ser castigada pero no compartían el método.
Así pues declararon una tregua con la asociación y cooperaron pare debilitar a los 2 bandos, pero la guerra no iba nada bien, solo los grandes magos como Zelretch y Barthomeloi podían hacerle frente a los miembros del God Ritght´s Seat y por otro lado el poder de Ciudad Académica era sencillamente espeluznante, por tanto, desde hacia como un mes tenía que dedicar el 100% de su tiempo en atender a los heridos y preparar elixires para que estos los usaran en batalla.
Pero un día sucedió algo inesperado, un extraño magus llamado Ater Nigrum se presento frente al sede de Euclidys acompañado por 17 magos, que por su indumentaria parecían ser miembros de la Iglesia Católica Ortodoxa, rusos para ser más preciso, pero ello no preocupo a Aeneas puesto que la sede de Euclidys estaba protegida por más de 50 enforcers de la asociación, poco importaba si el actual director se encontraba afuera, y además; los alquimistas de Euclidys no eran niños indefensos.
Pero el poder de los enemigos era arrollador, la batalla entre enforcers y los 17 magos de la iglesia ortodoxa estaba muy pareja, pero ese magus que vestía de negro parecía invencible, una capa de energía mágica tan negra como la noche le cubría de los ataques enemigos, a los 10 minutos de haber comenzado la batalla ya había detenido una bola de fuego y una espada mágica, mientras que por otro lado luchaba con una espada igual de negra.
Ya en 20 minutos había derrotado a 20 enforcers solo y llegado al 2° piso del castillo, pero incluso él entendía lo que tenía enfrente de él.
-No esperaba menos de Euclidys, llenaron la mitad del segundo piso de veneno y montaron una trampa mágica que lo convertiría en gas si un mago intenta subir al 3° piso… No esperaba tener que usar esa habilidad pero supongo que no tengo opción- se dijo a sí mismo el misterioso mago.
Todo el castillo se lleno en un instante con una extraña neblina negra.
-¡Pero qué diablos!, ¿qué demonios es esta neblina?- se pregunto a si mismo Aeneas mientras bebía un exilar que le permitiría ver a través de esa densa oscuridad.
-Supongo que yo puedo responder esa pregunta, este es mi Mystic Code “Caligo Dispensorum” – le respondió una voz que sacudió la habitación entera.
-¿Quién diablos eres? Y además ¿Qué haces aquí?, ¡Te exijo que me respondas!- le grito Aeneas al hombre misterioso que comenzaba a materializarse a través de la sombra.
-Mi nombre es Ater Nigrum, y estoy aquí para poner a buen recado tu investigación, según tengo entendido estas preparando un elixir capaz de sanar cualquier herida, enfermedad o maldición, y no solo eso, sino que además crea una barrera luminosa mucho más fuerte que mi magia defensiva, ¿No es así?, después de todo utilizaste los restos de una bestia fantasmal para ello, y sé muy bien que no la has terminado… pero eso no importa, ya la terminare yo.- le respondió el mago negro.
-Pues que lastima… porque ya no tengo mi investigación conmigo, toda la investigación está a salvo en otro lugar y en mi mente, pero como sabrás moriré antes de decirte algo.
-Ciertamente es una lástima, pero de todas maneras tendré que asesinarte a ti y a los 10 magos que tienes a detrás de ti, después de todo escucharon mi nombre y eso es algo que no puedo dejar ser- dijo fríamente el mago negro mientras trazaba un extraño bastón con una gema en su punta- ahora como sabrás no soy rival para el vicedirector de Euclidys si lucha junto a 10 magos, al menos no en este mundo.
Entonces la sombra que cabria al castillo se condenso en una esfera negra que absorbió al mago, pero la esfera no se limito al mago negro sino que abarco toda la habitación para después desaparecer.
Ahora frente a Aeneas se levantaba un oscuro paisaje, la tierra estaba muerta, tampoco había ninguna vida fuera de ella, semejante mundo solo conocía la oscuridad más absoluta y enfrente de él se levantaba un enorme castillo en ruinas.
-¡¿Una esfera de realidad?! ¿Pero que clase de mago es este? – se pregunto en voz alta.
-Realmente es imposible saberlo, pero le recomiendo que se prepare mi señor, definitivamente este no es un enemigo cualquiera- le respondió uno de los enforcers que tenía a su lado.
Pero antes de que Aeneas pudiera responderle se alzo un terrible sombra detrás del castillo, y comenzó a pronunciar palabras en un idioma demasiado horrible para la comprensión, pero lo peor era que no eran palabras cualquieras, a su orden se materializaron 20 caballeros vestidos con armaduras completamente negras, pero sus armaduras no le recordaban a los nobles caballeros que había conocido en su vida, no, tenían un diseño que más bien se asemejaban a unos terribles demonios.
Los caballeros lanzaron una carga contra los magus, sin embargo los enforcers allí presentes no eran magus cualquieras, el más débil de ellos podría derrotar a un batallón de guerreros con facilidad, así que fueron rápidamente derrotados, pero por cada caballero negro que derrotaban surgían 2, y así la batalla se extendió por más de 2 minutos; hasta que Aeneas uso el Rhenium del que disponía.
Lo que era un pequeño frasco lleno de Rhenium se convirtió en cientos de hojillas que despedazaron por completo a los caballeros negros, sin dejarles un espacio donde reaparecer en más de 100 metros.
Pero cuando creía que tenia la victoria asegurada la gran sombra se materializo frente al mar de Rhenium, era un ser grotesco que cargaba una teñida por una energía negra y purpura.
-¿Así que esta es tu verdadera forma?, bueno no importa, sabes tan bien como yo que no puedes avanzar un paso más sin ser consumido por el Rhenium, ¡ya perdiste!- le dijo Aeneas al ser que antes era el mago negro.
Pero Ater lo sabía perfectamente, sin embargo, no había perdido en absoluto, levanto su espada y pronuncio un nombre inentendible para sus enemigos.
-Athqueeel- grito el mago negro, y libero un enorme rayo cuya oscuridad consumía todo lo que tenía enfrente, sin embargo, Aeneas levanto una barrera con el Rhenium a tiempo para interceptar el ataque.
Pero el ataque del mago negro no podía ser detenido tan fácilmente, cada segundo que pasaba atravesaba más metros del enorme muro de Rhenium, Aeneas sabía muy bien que el ataque lograría atravesar la barrera así que uso todas sus energías para reforzar las últimas capas de la barrera.
Entonces la oscuridad lo consumió todo, Aeneas no podía ver nada pero a la vez era capaz de ver a millones de personas sufriendo, podía ver como ciudades en distintas partes del mundo eran arrasadas y como la oscuridad consumía al mundo.
-Así que este es su poder, je je, el muy bastardo trata de cargar sobre sus hombros toda la oscuridad del mundo, sin embargo, al igual que yo es un simple costal de carne y hueso, por eso busca mi investigación… desea ser eterno- pensó Aeneas en su interior mientras veía esas terribles imágenes, pero entonces por unos momentos su cabeza vio una luz más brillante que la más hermosa de las estrellas y por sus mente paso los recuerdos de una vida, recordó la época cuando aprendía magia con su padre, recordó su nombramiento como vicedirector y lo más importante, recordó a su familia, era irónico; su esposa estaba condenada a vivir una vida corta pero aun así viviría una vida más larga que la suya y su hija…
-Lamento no poder cumplir mi promesa Adriadne, pero rezo por tu bien y espero que puedas salvar a la familia que yo intente salvar, cuida de tu hermano cuando tu madre ya no este y alcanza el lugar que yo ya no podre- pensó en sus interiores Aeneas mientras cerraba los ojos para no abrirlos nunca más.
La esfera de realidad colapso y el resultado era claro, Aeneas había muerto protegiendo a los demás y estos estaban muy heridos para representar una amenaza, por ende, Ater pudo revisar sin problemas todo el despacho de Aeneas, sin embargo, como le había dicho Aeneas no quedaba nada allí, la furia le dominaba pero no podía perder el control puesto que un enemigo inesperado apareció frente suyo.
-No esperaba verle hoy señor director, regreso mucho más temprano de lo que esperaba- dijo cínicamente Ater.
-Olvida las cortesías, Dime mago ¿Realmente crees que puedes asaltar mi castillo y salir con vida?- le pregunto el director.
-Si no lo creyera no habría venido, de hecho amaría enfrentarme a usted, pero desgraciadamente no estoy en condiciones, así que me si me perdona…
Ater planeaba retirarse pero antes de poder mover un dedo fue atrapado por decenas de cadenas hechas de Ether, cada una de las cadenas tenia la fuerza suficiente para retener a un toro, y lo más sorprendente de todo es que pudiera sobrepasar las defensas del Caligo Dispensorum y atarle en primer lugar.
-Pero que descortés de tu parte, destruyes mi casa, matas a mi mano derecha y ¿ahora te quieres ir así como así?- le pregunto el viejo con un tono amable pero a la vez frio como el hielo.
-¡Maldito viejo!, quien pensaría que tendría que utilizar mi Mystic Code 2 veces en una noche- gruño Ater, era natural que un hombre tan poco emotivo como el mostrar una emoción considerando la situación en la que estaba, podría escapar dispersando la niebla de nuevo, pero su Mystic Code tiene en total 4 usos, obviamente el no deseaba dispersar la niebla y así perder otro uso, sin embargo, no hacerlo significaría imponerse a sí mismo una condena a muerte.
Así pues la niebla negra volvió a expandirse por todo el castillo y salió rápidamente de él, había sufrido una derrota, pero no se rendiría por ello, no importaba si tenía que esperar décadas para conseguir su objetivo; lo conseguiría aunque tuviera que lanzarse a las puertas del infierno para lograrlo.
Aclys podía recordar perfectamente el antiguo bosque iluminado por la luz del ocaso donde casi perdió a su hija, ya no era la misma cazadora de antes, pero sentía que podría lograr cualquier cosa si lo hacía junto a Adriadne así que no temía encontrarse de nuevo con una bestia así de poderosa, sin embargo a pesar de los recuerdo que le invadían el bosque estaba como siempre, al final del día cazaron un jabalí para la cena y regresaron al castillo.
Pero recibió una bienvenida que no esperaba, la ama de llaves le esperaba con un par de pergaminos en las manos, pero realmente no le importaban los pergaminos, lo que le preocupaba era la cara de la sirvienta, la cara de alguien que se ve obligado a dar un terrible mensaje.
-Dime, Eduvige, ¿De quién son esos pergaminos? le pregunto Aclys a la sirvienta.
-Uno es de Lord Argus y el otro es de su esposo, si le soy sincera mi señora es mejor que lea el de Lord Argus primero y después el de su esposo- le respondió la sirvienta a Aclys.
Ella leyó con detenimiento la carta de Lord Argus, pero al contrario de lo que esperaba Eduvige no sufrió ninguna emoción, sencillamente no pudo llorar la muerte de su esposo, sencillamente quedo petrificada al lado de su caballo como si hubiera sido afectada por los ojos de la Gorgona.
-¿Qué pasa madre?- le pregunto Adriadne.
-Yo… no puedo…- Aclys trato con todas sus fuerzas de contarle la dura verdad a su hija, pero no pudo, o mejor dicho nunca tuvo la oportunidad pues tras decir esas palabras cayo inconsciente al piso mientras el pergamino que estuvo en sus manos ardía en llamas.
-¡MADRE!, ¿¡Estas bien?!- pero su Aclys no respondía- Eduvige, llama a las demás sirvientas y llévenla a su habitación de inmediato, yo iré al taller de mi padre a ver si encuentro alguna medicina.
La ama de llaves obedeció de inmediato y busco a las sirvientas que no tardaron en llevar a Aclys a su habitación, Aclys no estaba del todo inconsciente pero en su mente no había lugar para el mundo real, en ese momento los recuerdos del pasado recorrían su mente como si fueran realidades, no deseaba abandonar el mundo de los sueños, después de todo allí Aeneas estaba para hacerle compañía…
Pero para su desgracia despertó poco después de llegar a su habitación, entonces fue cuando cayó en cuenta que todo había sido realmente un sueño y que ahora estaba sola; las lagrimas recorrieron su cara, el hombre que le daba la esperanza al a familia ya no lo era…
Encontró el pergamino de su esposo colocado cuidadosamente sobre la mesa de noche y comenzó a leerlo, no era realmente una carta sino una última voluntad.
“Aclys, si lees esta carta es que ya no estoy en este mundo, sin embargo no entristezcas ni pierdas las esperanzas pues yo no lo hago, confió plenamente en que nuestra hija lograra lo que yo no pude, por eso de antemano pase toda mi investigación a su cuidado; ahora, si ya no estoy significa que no podre enseñarle la alquimia que requiere para terminar mi investigación así que debemos depositar nuestra confianza en un milagro.
Hace tiempo cuando hacia mis investigaciones sobre el Rhenium junto a los Einzbern me contaron sobre una especia de torneo donde 7 magos luchan unos contra los otros usando 7 espíritus heroicos llamados Servants para obtener el Santo Grial que se dice que es una maquina omnipotente capaz de conceder cualquier deseo.
Pero no pienses que te deje toda las responsabilidades, cuando me entere del torneo hice un esfuerzo para conseguir una reliquia relacionada a un héroe poderoso, y la conseguí en Siria, una reliquia que le permitirá a Adriadne invocar al héroe más poderoso.
Ahora, dejando ese asunto lúgubre de lado, te pido que no nuevo que no entristezcas, cuida de nuestro hijo ya que ya no podre hacerlo y ve como nuestra hija crece hasta el fin de tus días, recuerda que yo siempre te amare y por tanto me tendrás a tu lado.
Con amor Aeneas”
Aclys no podía creer lo que leía, ella ya había perdido toda sus esperanzas, pero su esposo aun frente a la muerte no las perdía, el quien siempre había sido el débil había tenido una voluntad de hierro y nunca abandono su lucha.
Ella seguía destrozada, pero ahora tenía esperanzas, si ya no le veía sentido a seguir su vida la viviría por el futuro de su familia, al menos estaría segura de que salvaría a su hija e hijo antes de morir, así que se levanto de la cama y trato de dirigirse hacia la puerta, pero antes de que pudiera llegar fue interrumpida pues su hija acababa de entrar por la ella.
-¿Cómo te sientes madre?, si lo deseas le diré a Eduvige que te traiga mas medicinas- le dijo Adriadne a Aclys.
-No es necesario, ven acá, acércate a mí por un momento- le pido Aclys a su hija.
Adriadne hizo como su madre le pidió y se acerco a menos de un metro, pero antes de que pudiera decir nada su madre le abrazo fuertemente, Adriadne no tiene ninguna idea de lo que pasaba pero era capaz de sentir perfectamente la melancolía de su madre.
-Si te soy sincera sabia que este día llegaría, en algún momento tendríamos que contarte la verdad, pe-pero no esperaba que fuera tan difícil hacerlo, por lo menos esperaba contar con la ayuda de tu padre para hacerlo- le dijo su madre.
-No entiendo a que te refieres, y en dado caso ¿Por qué no esperas a que mi padre regrese entonces?- le pregunto Adriadne.
-Tu padre fue asesinado por un extraño mago que asalto la fortaleza de Euclidys hace una semana…
La noticia atravesó el corazón de Adriadne como si se tratara de una flecha, ¿Cómo podía ser que aquel mago al que admiraba y amaba tanto fuera asesinado en su fortaleza rodeado por sus hombres?, Adriadne sencillamente no lo podía creer, o al igual que su madre no lo quería creer; aquel hombre sencillamente no podría haber muerto.
-Sé que es difícil de aceptar, pero es la cruel realidad… Pero si te puedo decir algo, nunca creas que tu padre nos abandono, el aun está al lado nuestro dándonos fuerza, ¿quieres comprobarlo?, recuerda como era por un momento y sentirás que aun muerto te transmite fuerza a través de esos recuerdos, el siempre estará en tu corazón- le dijo su madre mientras seguía abrazándole, - además no es tiempo para lamentarnos, no podemos desperdiciar así el legado de tu padre.
-¿El legado de mi padre?, explícate- le pidió Adriadne a su madre mientras se secaba las lagrimas.
- Primero que nada debes de entender nuestra situación, ¿Supongo que de niña te cansaste de que la vieja Ágape te contara historias sobre Atalanta y sus hazañas no?
-No, a mi me gustaban sus historias, pero ¿Eso que tiene que ver?...
- Tiene mucho que ver, algunas veces las cosas no salen como nosotros deseamos sino como el destino lo ha dictado; Atalanta antes de quedar maldita por toda la eternidad tuvo un hijo llamado Pertenopeo y este tuvo numerosos hijos que resultaron ser grandes cazadores y guerreros, en la Grecia antigua se les conocía como los hijos de Artemisa por su habilidad con el arco, pero las bendiciones no son eternas. Eventualmente acabo la era de los Dioses y comenzó la era cristiana, y como había acabado la era anterior también declinaron los hijos de Artemisa; pero su orgullo era muy grande para permitir que eso pasara, por tanto rogaron a los antiguos dioses a los que habían abandonado que les devolvieran su antigua gloria.
-¿y qué les paso?- le pregunto Adriadne a su madre.
-Los dioses nunca dan sus bendiciones sin cobrar ningún precio, y mucho menos a los traidores; ellos recuperaron su antiguo poder pero quedaron malditos por la eternidad, al principio algunos lograron hazañas similares a las de Atalanta pero sus hijos nacían cada vez más débiles y con vidas más cortas, y así la maldición comenzó a destruirles… pero entonces al comienzo del segundo milenio de nuestra era la más joven de la familia conoció a un gran mago llamado Alexander Vranjes, sin embargo, el gran alquimista no pude hacer mucho, alargo la vida de su mujer con elixires poderos y su hijo tuvo una larga vida, pero eventualmente sus habilidades se perdieron y la maldición volvió a funcionar y sigue hasta nuestros días- dijo la madre mientras miraba fijamente hacia la ventana.
- ¿Pero eso significa que morirás pronto? Y además ¿también tendré yo una vida corta?- le pregunto Adriadne a su madre.
-Yo no sé cuánto tiempo me quede, probablemente no viva más de 5 años, pero te aseguro que tu vivirás una larga vida, confió plenamente en que lograremos salvarte- le respondió su madre.
Adriadne no sabía que pensar; por un lado no solo había perdido a su padre sino que perdería pronto a su madre quedando solo con su hermano, pero por otro lado su madre tenía esperanzas, ¿Pero cómo podría ella lograr lo que más de 20 generaciones de su familia no pudieron?
-Tu padre antes de morir elaboro un pergamino dejándome instrucciones, dentro de un par de años se librara un torneo de magia conocido como la Guerra del Santo Grial, donde 7 magos con 7 héroes a su disposición compiten por obtener el grial, un recipiente omnipotente capaz de conceder cualquier deseo; es arriesgado, pero tu padre se aseguro de conseguir una reliquia que te permitirá invocar al héroe más poderoso- le dijo Aclys a su hija mientras se dirigía lentamente hacia ella- además independientemente de eso confió en que tú serás más grande de lo que cualquier miembro de la familia ha sido, quizás incluso superes a la gran heroína.
Adriadne al fin entendía las razones por las que su madre lucia llena de esperanzas a pesar de la reciente tragedia, claramente su madre le sobrevaloraba, pero ella no quería decepcionarle, costara lo que costara ganaría esa guerra y usaría el Grial para salvar a su familia, eso estaba decidido.
-Veo que ya tienes una decisión- comento Aclys al ver la cara de su hija.
-Participare, se que podría perder mi vida, pero no podría soportar el desperdiciar una oportunidad que mis antepasados nunca tuvieron, te salvare a ti, a mi hermano y me salvare a mi misma cueste lo que me cuesta, tenlo por seguro- le respondió Adriadne con determinación.
-Sea, mañana le comunicare a Eduvige que debe entregarte la llave de repuesto para el estudio de tu padre, úsalo para mejorar tu alquimia y sanación, yo por mi parte me quedare aquí y observare como mejoras cada día- le dijo Aclys a Adriadne, acto seguido le beso la mejilla y se acostó en su cama a dormir, Adriadne hizo lo mismo pues le aguardaban unos duros años por delante…
El bosque se extendía por mas 3 kilómetros estando a la sombra del monte Kithairon y en él había un Gran león con una piel tan dorada que parecía hecha de oro y unas garras y colmillos tan afilados que podrían destrozar un roble sin el menor esfuerzo; o al menos eso decían los campesinos. Y en medio de ese bosque cabalgaban 3 personas: un hombre de aproximadamente 26 años con ropajes lujosos y un gran bolso en su espalda, detrás suyo se encontraba una hermosa mujer de la misma edad pero ella no vestía ningún ropaje de especial elegancia sino que incluso llevaba los brazos al descubierto y un extraño arco en su espalda, no obstante, la más extraña de las 3 era la que iba de ultimo que no era sino una niña de 6 años.
-Ahora que lo pienso Adriadne, ¿esta es la primera vez qué sales de cacería con nosotros no?-le preguntaba su padre mientras cabalgaba a través del gran bosque.
Pero para sorpresa del padre no fue la niña quien respondió sino su mujer.
-Ya deberías saber bien la respuesta Aeneas, por otro lado, la niña está muy asustada; después de todo no todos los niños salen a cazar Leones a tan corta edad- le dijo la mujer a su marido mientras le dirigía una sonrisa.
La respuesta tomo por sorpresa a Aeneas, después de todo el solía ser el más racional de la familia, al contrario de su mujer que siempre había sido muy atrevida y audaz, -"pero bueno"- pensó en su interior cuando la conoció -"después de todo, ¿qué más se podía esperar de una Vranjes?"
El día prosiguió normalmente hasta el ocaso, y la niña como era natural estaba muy cansada después de casi todo un día cabalgando a lomos de un caballo mucho más grande que ella, por lo tanto, como era natural su padre decidió llevarla junto a él en su caballo.
-Ya deberíamos irnos Aclys, es obvio que si no encontramos al dichoso león en 12 horas no le encontraremos en las 2:30 horas que faltan para que oscurezca.
-Te irás tú Aeneas, yo me quedare a buscar al león y le brindare muerte con mi arco - le respondió Aclys a Aeneas.
-Muy bien... yo me adelantare con nuestra hija, cuídate.
-Adiós entonces- le respondió su mujer mientras tensaba el arco con determinación, claramente ella preferiría regresar al castillo y descansar, pero era su deber como Second Owner el acabar con esa bestia antes de que se expusiera ante mas personas inocentes, especialmente considerando que se trataba nada más y nada menos que de una bestia mágica.
Aeneas hizo beber al caballo una pócima para que fortaleciera y así poder llegar mas rápido al castillo, y como era de esperar de un alquimista de Euclidys la pócima funciono a la perfección; ya en 1 hora había recorrido la misma distancia que había recorrido en 6 horas y se acercaba al final del bosque, Sin embargo algo le detuvo, no fue el cansancio o un árbol que se interpuso en su camino, sino el terror más absoluto. Enfrente de él se alzaba sobre una gran roca un León que brillaba como el Sol y que era tan grande como un oso, Aeneas ya había cazado algunos leones antes, sin embargo, este era diferente; su presencia era similar a la de una bestia fantasmal, si no era una, al menos descendía de una. Pero aun con eso Aeneas no retrocedió y se paro entre el León y su hija.
-¡Maldita Bestia!, todo un día y ¿¡decides aparecer justo en este momento!? - grito Aeneas pero por mas furioso que estuviera no perdió nunca la compostura, en unos instantes lleno el espacio que le separaba a él y a la bestia con una sustancia liquida conocida como Rhenium, un metal muchas veces más duro que el acero, y lo solidifico en un abrir y cerrar de ojos, sin embargo, la fuerza del león no podía ser detenida tan fácilmente, cada zarpazo que lanzaba podía destruir piedras del tamaño de un vehículo sin el menor esfuerzo y ya había atravesado la mitad de la barrera.
-Definitivamente eres especial, pero no puedo permitirme que avances un centímetro más- se dijo Aeneas a si mismo mientras sacaba una botella llena con un extraño liquido rojo- ¿Me pregunto si lograras sobrevivir a esto?- entonces lanzo la botella a la barrera de Rhenium que le separaba del león, y como esperaba el Rhenium se derritió alcanzando una temperatura superior a los 3000° grados y cayó sobre el indefenso león.
Quién diría que la dichosa investigación de los Einzbern sobre las propiedades del Rhenium podría salvarme la vida algún día, ¡Que lastima la verdad!, ahora tendré que gastar una fortuna para recuperar el Rhenium que perdí- sin embargo cuando la humareda se disipo Aeneas se llevo una gran sorpresa, la bestia apenas había sido herida por la terrible temperatura, pero ya no parecía la majestuosa bestia dorada que se asomo sobre la gran roca; ahora parecía un demonio lleno de quemaduras y con unos ojos de un rojo tan intenso que parecían las puertas al mismísimo infierno.
Claramente el león estaba inmovilizado pues le costaba moverse en el Rhenium derretido, pero ¿por cuánto tiempo retendría el Rhenium al león? Y además el brillo parecía ser una especie de defensa mágica, ¿Cuánto tardaría en recuperarlo?, Aeneas se planteaba esas interrogantes mientras retrocedía paso tras paso, ya había gastado su carta del triunfo y no tenía ningún otro truco del nivel suficiente como para herir al león; claramente el gran alquimista de Euclidys había perdido…
Aclys estaba frustrada por la intensa búsqueda, la situación no era natural, ¿desde cuándo un león tan agresivo como aquel que habían visto los campesinos rehuía tanto de unos simples cazadores?, ya la luz del ocaso iluminaba el bosque y ella no había logrado ningún avance, pero a su vista se cruzo un pequeño monte ubicado en la base del Kithairon desde donde podría observar todo el bosque y como era natural se dirigió a la cima de ese monte, desde allí claramente podría vigilar una mayor porción de terreno sin tener que estar dando esas molestas vueltas en círculos.
-Bien… esta posición es perfecta, aunque este viento no me favorece en absoluto… pero no importa, tengo que apresurarme y encontrar al león antes de que anochezca- pensó en sus interiores Aclys mientras tensaba el arco, entonces procedió a reforzar sus ojos para poder vigilar todo el bosque con precisión, su vista ahora se asemejaba a la de un halcón considerando que podía ver a una ardilla ubicada a 1200 metros.
Pero seguía sin ver a la bestia por más que mirara con detenimiento todo lo que tenía a su vista… pero entonces vio una luz dorada que brillaba en la dirección donde se encontraba su castillo, sin embargo, no se emociono en absoluto al ver a la bestia pues para su desgracia se encontraba frente a su esposo y lo que era peor estaba a menos de 20 metros de su hija; comenzó a tensar el arco y reforzó sus brazos para poder disparar el proyectil con mayor fuerza, claramente confiaba en que Aeneas podría detener a la bestia el suficiente tiempo como para poder dispararle un proyectil mágico.
Veía como su esposo lanzo una extraña sustancia al aire que se convirtió en la más solida de las barreras pero la bestia atravesó la mitad de la barrera en menos de 10 segundos; entonces fue cuando Aclys cayó en cuenta del demonio al que se enfrentaba, disparo un proyectil pero ni siquiera rasguño a la bestia.
-¡Maldición!... ¿¡por qué tiene que salir de esta manera?!, a este paso perderé todo lo que me queda!!!… grito Aclys desesperada, pensó en usar a Artemis pero con su escasa compatibilidad podría terminar matando a su familia con sus propias manos… pero en su desesperación vio un rayo de luz, su esposo tenía un as bajo la manga y en un abrir y cerrar de ojos sumergió a la bestia en un liquido capaz de derretir otros metales con facilidad, sin embargo fracaso debido a la protección divina de la bestia, pero Aclys no desespero pues con sus ojos podía ver algo que su esposo no.
La protección de la bestia había caído tras el ataque después del gran ataque, podría estar cubierto por una humareda, pero eso no era suficiente para proteger a la bestia de la aguda vista de Aclys, fue en ese momento cuando vio su oportunidad, la protección de la bestia regresaría en unos 20 segundos aproximadamente pero ese era un tiempo más que suficiente, quizás dadas las condiciones podría usar a Artemis sin poner en peligro a su esposo e hija.
-Bien, veamos si eres capaz de sobrevivir a este ataque ¡maldita bestia! – Aclys puso toda su concentración en su objetivo mientras clavaba firmemente sus pies en el suelo; su magic crest brillaba como la luna en un cielo despejado mientras un proyectil tomaba forma en el arco, no era diferente de los anteriores pero poseía una fuerza indescriptible.
-Objetivo Adquirido, 1400 metros hacia el oeste- murmuro Aclys al arco como si hablara consigo misma, entonces un extraño círculo mágico apareció enfrente del arco, un circulo lleno de símbolos inentendibles para el ojo humano pues se trababa del lenguaje de los dioses, un circulo que evocaba a una magia que ya no existía en nuestro mundo, el nombre de este milagro era Artemis, El Arco Sagrado de los Cielos, un arco que una vez perteneció a la diosa de la luna y la caza, y más adelante a la gran heroína griega.
El proyectil salió disparado a través del círculo adquiriendo un poder mas allá de lo que un humano puede lograr, un rayo de luz celeste atravesó el cielo y llego al león.
Aeneas ya había aceptado su muerte cuando vio acercarse al rayo de luz celeste, - ¿¡Artemis?! , ¿Es que esta mujer planea matarnos a los 3 juntos?,- gruño Aeneas.
El conocía muy bien el ridículo poder del arco del cielo y entendía que si llegaba a impactar la explosión no solo mataría al león, sino que además acabaría con su vida y la de su hija; y como había predicho la flecha atravesó al león sin dificultad alguna, pero entonces sucedió algo que Aeneas no esperaba, la bestia recupero su protección divina en el último instante y el enorme poder explosivo del proyectil no pudo superar la barrera.
El proyectil destruyo todos los órganos de la bestia sin dejar rastro alguno, pero la piel dorada contuvo la explosión gracias a la protección divina.
-Sinceramente cada día me sorprende mas, no tengo idea como calculo el tiempo que tardaría el león en recuperar su protección pero disparo el proyectil tomando en cuenta ese factor… pero que desperdicio… podría haber usado un proyectil con menos potencia y así dejar malherido al león pero con vida, entonces tendría una fuente interesante para hacer experimentos alquímicos, quizás hasta podría haber creado una pócima que lograra un copycat de su protección divina y lo que era peor… el león podría ser descendiente del legendario león de nemea, ¿cuánto dinero no habría pagado la asociación por una prole del Legendario león que se enfrento a Heracles?
Pero ya no se podía hacer nada, por tanto, Aeneas se limito a recoger un poco del pelaje del león y volvió a montar el caballo para terminar el viaje de regreso al castillo, a diferencia de antes este fue un viaje muy lento y se debió a que Aeneas estaba muy adolorido, ciertamente no recibió ninguna herida pero el realizar un ritual alquímico de ese nivel tan rápidamente tiene su precio; su corazón le dolía como si estuviera recibiendo pinchazos cada segundo y apenas podía sentir sus brazos.
Pero aun con ello logro llegar en 2 horas al castillo, como era de esperar su esposa llego antes y alerto a las sirvientas para que estuvieran preparadas para recibirle.
-¿Necesita de algo mi señor? Le pregunto la más joven de las sirvientas.
-Solo una cosa, quiero que lleven a Adriadne a su habitación en este momento, por más que desee pasar más tiempo con ella… estoy demasiado cansado para cuidarla- les respondió Aeneas.
Las sirvientas no tardaron en obedecer y llevaron a Adriadne a su habitación, entonces Aeneas se dirigió a su taller para investigar las cualidades mágicas de los pelos del león antes de que desaparecieran, pero se encontró a mitad de camino con su esposa quien le dirigió una sonrisa, originalmente Aeneas planeaba ignorar el asunto y pasar de largo, pero ahora no podría evitar el tener que recriminarle sus acciones a su esposa.
-Aclys, ¿entiendes el porqué te digo que no uses el arco a menos que sea extremadamente necesario?, tu compatibilidad con él es apenas del 50%, lo cual significa que apenas puedes usarlo, cada vez que lo usas acortas tu vida y ¿para qué?, el León podría haber muerto con 2 disparos de tus proyectiles mágicos sin que tuvieras que usar a Artemis, destruiste por completo al león arruinándome muchas posibilidades y lo que es peor; sabes bien que con tu compatibilidad podrías haber fallado y habernos matado a nosotros 2- le recrimino Aeneas a su mujer.
-Solo quería protegerles…-dijo con una voz solloza, -estaba bajo presión y no pude pensar bien, solo quería salvarles- le respondió Aclys a su esposo.
-Yo lo sé mi amor, pero debes entender que no debes de usar el Arco salvo que tu vida este en un verdadero peligro, cada vez que tu usas el arco haces tu vida más corta, y sencillamente no puedo tolerar la idea de que abandones este mundo antes que yo, quiero salvarte a ti y a nuestra hija cueste lo que me cueste- dijo Aeneas mientras abrazaba fuertemente a su mujer, el estaba determinado a salvar a la familia, y estaba seguro de que eventualmente encontraría la manera, después de todo era el vicedirector de Euclidys y además tenía en sus manos toda la investigación del legendario Alquimista Alexander Vranjes, no importa cómo, pero haría todo lo posible para lograr su objetivo, aun si eso significaba sacrificar su propia vida.
10 años pasaron desde aquella tarde y la felicidad llenaba el antes melancólico castillo, dado que, muchos eventos le habían cambiado; en primer lugar la heredera había crecido como una hermosa y talentosa joven, cada día que pasaba mejoraba con el Arco y aprendía más de la magia de sanación y de la alquimia, además, Adiadme había mostrado una compatibilidad del 95% con Artemis; algo que no sucedía desde el I siglo de nuestra era…
No obstante lo que más había cambiado el ambiente era el nacimiento de un nuevo hijo en los últimos meses, por otro lado, Aeneas había logrado importantes avances en su investigación y por ello pasaba la mayor parte del tiempo en la sede de Euclidys, sin embargo, por alguna razón también había estado manteniendo contacto con el actual cabeza de los Einzbern.
Sin embargo aquel extraño comportamiento no parecía importarle a nadie, después de todo Aeneas siempre había sido un hombre muy ocupado debido a su posición como vicedirector de Euclidys y además no era la primera vez que trabaja junto a estos.
Adiadme por otro lado, practicaba todos los días con Artemis, eventualmente adquirió habilidades que rivalizaban con las de su madre, sin embargo, Aclys sabía muy bien que ya no podía rivalizar con su hija… No, desde un principio nunca fue rival, después de toda su hija fue capaz de utilizar a Artemis aun con la magic crest implantada a medias… y ahora que tenia la Magic crest completamente trasplantada tenía un potencial mucho mayor al que ella alguna vez tuvo.
- Estoy realmente orgullosa de ti, ¿quién pensaría que aquella niña temerosa se convertiría en una mejor arquera de lo que yo fui?, y no solo eso, también tienes talento para la magia- le dijo Aclys a su hija.
-Todo es gracias a ti madre, tú me has enseñado casi todo lo que se, además de no ser por ti no estaría viva- le respondió Adiadme con una cálida sonrisa.
Aclys fue sorprendida por las palabras de su hija, estaba conmovida pero al mismo tiempo apenada, después de todo es cierto que la trajo al mundo y que hace 10 años le salvo de la terrible bestia pero no es menos cierto el que su hija y esposo podrían haber muerto por su culpa, sin embargo; Aclys recobro la compostura y le dirigió unas palabras a su hija.
-Entiende esto Adriadne, soy yo la que está en deuda contigo y no al contrario- le dijo Aclys a su hija- ahora ve con tu padre, ya es hora de tus lecciones, yo mientras tanto cuidare de tu hermanito.
Adriadne abrazo fuertemente a su madre y después se dirigió al taller de su padre.
-Bien, ¿por qué tardaste tanto?- le pregunto Aneas a Adriadne.
-Mi madre decidió terminar de trasplantar la magic crest de la familia, no tuve opción- le respondió Adriadne a su padre.
-Excelente, ¡No podría haber escogido un mejor día para ello!- dijo Aeneas como si hablara consigo mismo, pero a pesar de que fuera un murmuro no podía ocultar la felicidad de su rostro.
-¿A qué te refieres?, sinceramente no entiendo que tiene que ver eso con mis lecciones de Alquimia y sanación- le pregunto Adriadne con una cara llena de confusión, pero su padre no le respondió, sino que al contrario se dirigió al otro lado de la habitación y comenzó a buscar algo en un baúl.
Pasaron minutos y Aeneas seguía buscando, pero tan repentinamente como comenzó su búsqueda termino…
-¡Al fin te encontré!- dijo en voz alta Aeneas mientras sacaba un viejo pergamino, el pergamino tenía unos extraños signos sellados en el, sin embargo, lo que realmente sorprendió a Adriadne fue ver a su padre escribir 2 párrafos en el pergamino.
Tardo 5 minutos en terminar y entonces se acerco a su hija.
-Primero que nada bebe esto, te aliviara el dolor- le dijo su padre calmadamente a su hija, Adriadne obedeció a su padre y tomo el elixir- ahora necesito que extiendas tu brazo- le pidió Aeneas a su hija
-Está bien- respondió Adriadne mientras extendía su brazo, su padre entonces agarro de nuevo el pergamino y lo enrollo alrededor del brazo izquierdo de Adriadne, ella no se inmuto por el proceso, pero fueron las extrañas palabras de su padre lo que le tomo por sorpresa.
-Custodio Arcanus – pronuncio en un instante Aeneas llenando la habitación con una luz azul que era desprendida no solo del pergamino sino también de la Magic Crest de su hija, claramente Adriadne no comprendía porque su Magic Crest se había activado de esa manera; pero su padre ni se inmuto por el suceso, claramente era lo que tenía que suceder.
Adriadne aun con la ayuda del elixir sentía un dolor tan agudo que podía compararse con la herida de una bala, pero aun así no perdía la conciencia, después de todo había sido entrenada como magus y por tanto estaba acostumbrada al dolor y en un momento dejo de sentir todo dolor, para empezar ya no podía sentir su brazo izquierdo; en ese momento el pergamino ardió sin quemarle y su Magic Crest dejo de brillar.
-¿Qué has hecho?, ¡¿por qué no puedo sentir mi brazo?! – le pregunto desesperadamente Adriadne a su padre, después de todo ¿Cómo podría usar el arco con un brazo inútil?
-No te preocupes, en un par de días tu brazo volverá a la normalidad, por otro lado; sencillamente acabo de guardar toda mi investigación en tu magic crest, eventualmente cuando tus habilidades en la alquimia mejoren podrás acceder a ella- le dijo su padre calmadamente.
-Discúlpame, no debí dudar de ti- le respondió Adriadne a su padre.
Aeneas le sonrió y puso su mano sobre la cabeza de Adriadne.
-Escucha Adriadne, algún día crecerás para ser una alquimista más grande de lo que yo fui y ocuparas el lugar que le toca a los Vranjes por derecho; no tienes que presionarte ni preocuparte por ello, lo que es más importante, cuando llegue ese día quiero que cuides de la familia por mi; mantén buenas relaciones con la asociación y nuestros amigos los Einzbern y lo que realmente deseo… es que vivas feliz- le dijo Aneas mientras acariciaba a su hija- ahora me marchare un tiempo a Euclidys para terminar unos asuntos incompletos y cuando vuelva continuaremos con tu entrenamiento,
Aeneas beso a su hija en la mejilla y se alejo hasta salir por la puerta.
La habitación quedo en silencio, aunque no era un silencio total pues estaba el llanto de Adriadne, su padre ya había salido a Euclidys miles de veces en su vida, pero Adriadne sospecha que esta sería la última vez que le vería.
Pasaron 2 meses desde aquella noche y Aeneas se encontraba más ocupado que nunca, y lo que más le molestaba era que no había podido dedicar siquiera un día entero a su investigación por más de un mes.
Los fuegos de la guerra ardían en el mundo, Rusia le había declarado la guerra a ciudad académica pero eso era lo que menos le preocupaba, el verdadero problema era la activa participación de muchos magos en la guerra, al parecer los grupos que no consideraban la magia una herejía habían tomado el control de 3 de las 4 Iglesias más grandes del mundo, Incluso el mismo Papa no pudo negar la utilización de aquella magia “sacra”, pero el problema era que aquellos magos le habían declarado la guerra abiertamente a la ciudad académica.
La asociación claramente se vio superada y ahora el secreto del mundo mágico estaba en juego, pero aun quedaban miembros en la Iglesia que se oponían a mostrar el poder de la magia al mundo, así que luchó una guerra paralela, por un lado estaban de acuerdo con sus compañero sobre el hecho de que Ciudad Académica debía ser castigada pero no compartían el método.
Así pues declararon una tregua con la asociación y cooperaron pare debilitar a los 2 bandos, pero la guerra no iba nada bien, solo los grandes magos como Zelretch y Barthomeloi podían hacerle frente a los miembros del God Ritght´s Seat y por otro lado el poder de Ciudad Académica era sencillamente espeluznante, por tanto, desde hacia como un mes tenía que dedicar el 100% de su tiempo en atender a los heridos y preparar elixires para que estos los usaran en batalla.
Pero un día sucedió algo inesperado, un extraño magus llamado Ater Nigrum se presento frente al sede de Euclidys acompañado por 17 magos, que por su indumentaria parecían ser miembros de la Iglesia Católica Ortodoxa, rusos para ser más preciso, pero ello no preocupo a Aeneas puesto que la sede de Euclidys estaba protegida por más de 50 enforcers de la asociación, poco importaba si el actual director se encontraba afuera, y además; los alquimistas de Euclidys no eran niños indefensos.
Pero el poder de los enemigos era arrollador, la batalla entre enforcers y los 17 magos de la iglesia ortodoxa estaba muy pareja, pero ese magus que vestía de negro parecía invencible, una capa de energía mágica tan negra como la noche le cubría de los ataques enemigos, a los 10 minutos de haber comenzado la batalla ya había detenido una bola de fuego y una espada mágica, mientras que por otro lado luchaba con una espada igual de negra.
Ya en 20 minutos había derrotado a 20 enforcers solo y llegado al 2° piso del castillo, pero incluso él entendía lo que tenía enfrente de él.
-No esperaba menos de Euclidys, llenaron la mitad del segundo piso de veneno y montaron una trampa mágica que lo convertiría en gas si un mago intenta subir al 3° piso… No esperaba tener que usar esa habilidad pero supongo que no tengo opción- se dijo a sí mismo el misterioso mago.
Todo el castillo se lleno en un instante con una extraña neblina negra.
-¡Pero qué diablos!, ¿qué demonios es esta neblina?- se pregunto a si mismo Aeneas mientras bebía un exilar que le permitiría ver a través de esa densa oscuridad.
-Supongo que yo puedo responder esa pregunta, este es mi Mystic Code “Caligo Dispensorum” – le respondió una voz que sacudió la habitación entera.
-¿Quién diablos eres? Y además ¿Qué haces aquí?, ¡Te exijo que me respondas!- le grito Aeneas al hombre misterioso que comenzaba a materializarse a través de la sombra.
-Mi nombre es Ater Nigrum, y estoy aquí para poner a buen recado tu investigación, según tengo entendido estas preparando un elixir capaz de sanar cualquier herida, enfermedad o maldición, y no solo eso, sino que además crea una barrera luminosa mucho más fuerte que mi magia defensiva, ¿No es así?, después de todo utilizaste los restos de una bestia fantasmal para ello, y sé muy bien que no la has terminado… pero eso no importa, ya la terminare yo.- le respondió el mago negro.
-Pues que lastima… porque ya no tengo mi investigación conmigo, toda la investigación está a salvo en otro lugar y en mi mente, pero como sabrás moriré antes de decirte algo.
-Ciertamente es una lástima, pero de todas maneras tendré que asesinarte a ti y a los 10 magos que tienes a detrás de ti, después de todo escucharon mi nombre y eso es algo que no puedo dejar ser- dijo fríamente el mago negro mientras trazaba un extraño bastón con una gema en su punta- ahora como sabrás no soy rival para el vicedirector de Euclidys si lucha junto a 10 magos, al menos no en este mundo.
Entonces la sombra que cabria al castillo se condenso en una esfera negra que absorbió al mago, pero la esfera no se limito al mago negro sino que abarco toda la habitación para después desaparecer.
Ahora frente a Aeneas se levantaba un oscuro paisaje, la tierra estaba muerta, tampoco había ninguna vida fuera de ella, semejante mundo solo conocía la oscuridad más absoluta y enfrente de él se levantaba un enorme castillo en ruinas.
-¡¿Una esfera de realidad?! ¿Pero que clase de mago es este? – se pregunto en voz alta.
-Realmente es imposible saberlo, pero le recomiendo que se prepare mi señor, definitivamente este no es un enemigo cualquiera- le respondió uno de los enforcers que tenía a su lado.
Pero antes de que Aeneas pudiera responderle se alzo un terrible sombra detrás del castillo, y comenzó a pronunciar palabras en un idioma demasiado horrible para la comprensión, pero lo peor era que no eran palabras cualquieras, a su orden se materializaron 20 caballeros vestidos con armaduras completamente negras, pero sus armaduras no le recordaban a los nobles caballeros que había conocido en su vida, no, tenían un diseño que más bien se asemejaban a unos terribles demonios.
Los caballeros lanzaron una carga contra los magus, sin embargo los enforcers allí presentes no eran magus cualquieras, el más débil de ellos podría derrotar a un batallón de guerreros con facilidad, así que fueron rápidamente derrotados, pero por cada caballero negro que derrotaban surgían 2, y así la batalla se extendió por más de 2 minutos; hasta que Aeneas uso el Rhenium del que disponía.
Lo que era un pequeño frasco lleno de Rhenium se convirtió en cientos de hojillas que despedazaron por completo a los caballeros negros, sin dejarles un espacio donde reaparecer en más de 100 metros.
Pero cuando creía que tenia la victoria asegurada la gran sombra se materializo frente al mar de Rhenium, era un ser grotesco que cargaba una teñida por una energía negra y purpura.
-¿Así que esta es tu verdadera forma?, bueno no importa, sabes tan bien como yo que no puedes avanzar un paso más sin ser consumido por el Rhenium, ¡ya perdiste!- le dijo Aeneas al ser que antes era el mago negro.
Pero Ater lo sabía perfectamente, sin embargo, no había perdido en absoluto, levanto su espada y pronuncio un nombre inentendible para sus enemigos.
-Athqueeel- grito el mago negro, y libero un enorme rayo cuya oscuridad consumía todo lo que tenía enfrente, sin embargo, Aeneas levanto una barrera con el Rhenium a tiempo para interceptar el ataque.
Pero el ataque del mago negro no podía ser detenido tan fácilmente, cada segundo que pasaba atravesaba más metros del enorme muro de Rhenium, Aeneas sabía muy bien que el ataque lograría atravesar la barrera así que uso todas sus energías para reforzar las últimas capas de la barrera.
Entonces la oscuridad lo consumió todo, Aeneas no podía ver nada pero a la vez era capaz de ver a millones de personas sufriendo, podía ver como ciudades en distintas partes del mundo eran arrasadas y como la oscuridad consumía al mundo.
-Así que este es su poder, je je, el muy bastardo trata de cargar sobre sus hombros toda la oscuridad del mundo, sin embargo, al igual que yo es un simple costal de carne y hueso, por eso busca mi investigación… desea ser eterno- pensó Aeneas en su interior mientras veía esas terribles imágenes, pero entonces por unos momentos su cabeza vio una luz más brillante que la más hermosa de las estrellas y por sus mente paso los recuerdos de una vida, recordó la época cuando aprendía magia con su padre, recordó su nombramiento como vicedirector y lo más importante, recordó a su familia, era irónico; su esposa estaba condenada a vivir una vida corta pero aun así viviría una vida más larga que la suya y su hija…
-Lamento no poder cumplir mi promesa Adriadne, pero rezo por tu bien y espero que puedas salvar a la familia que yo intente salvar, cuida de tu hermano cuando tu madre ya no este y alcanza el lugar que yo ya no podre- pensó en sus interiores Aeneas mientras cerraba los ojos para no abrirlos nunca más.
La esfera de realidad colapso y el resultado era claro, Aeneas había muerto protegiendo a los demás y estos estaban muy heridos para representar una amenaza, por ende, Ater pudo revisar sin problemas todo el despacho de Aeneas, sin embargo, como le había dicho Aeneas no quedaba nada allí, la furia le dominaba pero no podía perder el control puesto que un enemigo inesperado apareció frente suyo.
-No esperaba verle hoy señor director, regreso mucho más temprano de lo que esperaba- dijo cínicamente Ater.
-Olvida las cortesías, Dime mago ¿Realmente crees que puedes asaltar mi castillo y salir con vida?- le pregunto el director.
-Si no lo creyera no habría venido, de hecho amaría enfrentarme a usted, pero desgraciadamente no estoy en condiciones, así que me si me perdona…
Ater planeaba retirarse pero antes de poder mover un dedo fue atrapado por decenas de cadenas hechas de Ether, cada una de las cadenas tenia la fuerza suficiente para retener a un toro, y lo más sorprendente de todo es que pudiera sobrepasar las defensas del Caligo Dispensorum y atarle en primer lugar.
-Pero que descortés de tu parte, destruyes mi casa, matas a mi mano derecha y ¿ahora te quieres ir así como así?- le pregunto el viejo con un tono amable pero a la vez frio como el hielo.
-¡Maldito viejo!, quien pensaría que tendría que utilizar mi Mystic Code 2 veces en una noche- gruño Ater, era natural que un hombre tan poco emotivo como el mostrar una emoción considerando la situación en la que estaba, podría escapar dispersando la niebla de nuevo, pero su Mystic Code tiene en total 4 usos, obviamente el no deseaba dispersar la niebla y así perder otro uso, sin embargo, no hacerlo significaría imponerse a sí mismo una condena a muerte.
Así pues la niebla negra volvió a expandirse por todo el castillo y salió rápidamente de él, había sufrido una derrota, pero no se rendiría por ello, no importaba si tenía que esperar décadas para conseguir su objetivo; lo conseguiría aunque tuviera que lanzarse a las puertas del infierno para lograrlo.
Aclys podía recordar perfectamente el antiguo bosque iluminado por la luz del ocaso donde casi perdió a su hija, ya no era la misma cazadora de antes, pero sentía que podría lograr cualquier cosa si lo hacía junto a Adriadne así que no temía encontrarse de nuevo con una bestia así de poderosa, sin embargo a pesar de los recuerdo que le invadían el bosque estaba como siempre, al final del día cazaron un jabalí para la cena y regresaron al castillo.
Pero recibió una bienvenida que no esperaba, la ama de llaves le esperaba con un par de pergaminos en las manos, pero realmente no le importaban los pergaminos, lo que le preocupaba era la cara de la sirvienta, la cara de alguien que se ve obligado a dar un terrible mensaje.
-Dime, Eduvige, ¿De quién son esos pergaminos? le pregunto Aclys a la sirvienta.
-Uno es de Lord Argus y el otro es de su esposo, si le soy sincera mi señora es mejor que lea el de Lord Argus primero y después el de su esposo- le respondió la sirvienta a Aclys.
Ella leyó con detenimiento la carta de Lord Argus, pero al contrario de lo que esperaba Eduvige no sufrió ninguna emoción, sencillamente no pudo llorar la muerte de su esposo, sencillamente quedo petrificada al lado de su caballo como si hubiera sido afectada por los ojos de la Gorgona.
-¿Qué pasa madre?- le pregunto Adriadne.
-Yo… no puedo…- Aclys trato con todas sus fuerzas de contarle la dura verdad a su hija, pero no pudo, o mejor dicho nunca tuvo la oportunidad pues tras decir esas palabras cayo inconsciente al piso mientras el pergamino que estuvo en sus manos ardía en llamas.
-¡MADRE!, ¿¡Estas bien?!- pero su Aclys no respondía- Eduvige, llama a las demás sirvientas y llévenla a su habitación de inmediato, yo iré al taller de mi padre a ver si encuentro alguna medicina.
La ama de llaves obedeció de inmediato y busco a las sirvientas que no tardaron en llevar a Aclys a su habitación, Aclys no estaba del todo inconsciente pero en su mente no había lugar para el mundo real, en ese momento los recuerdos del pasado recorrían su mente como si fueran realidades, no deseaba abandonar el mundo de los sueños, después de todo allí Aeneas estaba para hacerle compañía…
Pero para su desgracia despertó poco después de llegar a su habitación, entonces fue cuando cayó en cuenta que todo había sido realmente un sueño y que ahora estaba sola; las lagrimas recorrieron su cara, el hombre que le daba la esperanza al a familia ya no lo era…
Encontró el pergamino de su esposo colocado cuidadosamente sobre la mesa de noche y comenzó a leerlo, no era realmente una carta sino una última voluntad.
“Aclys, si lees esta carta es que ya no estoy en este mundo, sin embargo no entristezcas ni pierdas las esperanzas pues yo no lo hago, confió plenamente en que nuestra hija lograra lo que yo no pude, por eso de antemano pase toda mi investigación a su cuidado; ahora, si ya no estoy significa que no podre enseñarle la alquimia que requiere para terminar mi investigación así que debemos depositar nuestra confianza en un milagro.
Hace tiempo cuando hacia mis investigaciones sobre el Rhenium junto a los Einzbern me contaron sobre una especia de torneo donde 7 magos luchan unos contra los otros usando 7 espíritus heroicos llamados Servants para obtener el Santo Grial que se dice que es una maquina omnipotente capaz de conceder cualquier deseo.
Pero no pienses que te deje toda las responsabilidades, cuando me entere del torneo hice un esfuerzo para conseguir una reliquia relacionada a un héroe poderoso, y la conseguí en Siria, una reliquia que le permitirá a Adriadne invocar al héroe más poderoso.
Ahora, dejando ese asunto lúgubre de lado, te pido que no nuevo que no entristezcas, cuida de nuestro hijo ya que ya no podre hacerlo y ve como nuestra hija crece hasta el fin de tus días, recuerda que yo siempre te amare y por tanto me tendrás a tu lado.
Con amor Aeneas”
Aclys no podía creer lo que leía, ella ya había perdido toda sus esperanzas, pero su esposo aun frente a la muerte no las perdía, el quien siempre había sido el débil había tenido una voluntad de hierro y nunca abandono su lucha.
Ella seguía destrozada, pero ahora tenía esperanzas, si ya no le veía sentido a seguir su vida la viviría por el futuro de su familia, al menos estaría segura de que salvaría a su hija e hijo antes de morir, así que se levanto de la cama y trato de dirigirse hacia la puerta, pero antes de que pudiera llegar fue interrumpida pues su hija acababa de entrar por la ella.
-¿Cómo te sientes madre?, si lo deseas le diré a Eduvige que te traiga mas medicinas- le dijo Adriadne a Aclys.
-No es necesario, ven acá, acércate a mí por un momento- le pido Aclys a su hija.
Adriadne hizo como su madre le pidió y se acerco a menos de un metro, pero antes de que pudiera decir nada su madre le abrazo fuertemente, Adriadne no tiene ninguna idea de lo que pasaba pero era capaz de sentir perfectamente la melancolía de su madre.
-Si te soy sincera sabia que este día llegaría, en algún momento tendríamos que contarte la verdad, pe-pero no esperaba que fuera tan difícil hacerlo, por lo menos esperaba contar con la ayuda de tu padre para hacerlo- le dijo su madre.
-No entiendo a que te refieres, y en dado caso ¿Por qué no esperas a que mi padre regrese entonces?- le pregunto Adriadne.
-Tu padre fue asesinado por un extraño mago que asalto la fortaleza de Euclidys hace una semana…
La noticia atravesó el corazón de Adriadne como si se tratara de una flecha, ¿Cómo podía ser que aquel mago al que admiraba y amaba tanto fuera asesinado en su fortaleza rodeado por sus hombres?, Adriadne sencillamente no lo podía creer, o al igual que su madre no lo quería creer; aquel hombre sencillamente no podría haber muerto.
-Sé que es difícil de aceptar, pero es la cruel realidad… Pero si te puedo decir algo, nunca creas que tu padre nos abandono, el aun está al lado nuestro dándonos fuerza, ¿quieres comprobarlo?, recuerda como era por un momento y sentirás que aun muerto te transmite fuerza a través de esos recuerdos, el siempre estará en tu corazón- le dijo su madre mientras seguía abrazándole, - además no es tiempo para lamentarnos, no podemos desperdiciar así el legado de tu padre.
-¿El legado de mi padre?, explícate- le pidió Adriadne a su madre mientras se secaba las lagrimas.
- Primero que nada debes de entender nuestra situación, ¿Supongo que de niña te cansaste de que la vieja Ágape te contara historias sobre Atalanta y sus hazañas no?
-No, a mi me gustaban sus historias, pero ¿Eso que tiene que ver?...
- Tiene mucho que ver, algunas veces las cosas no salen como nosotros deseamos sino como el destino lo ha dictado; Atalanta antes de quedar maldita por toda la eternidad tuvo un hijo llamado Pertenopeo y este tuvo numerosos hijos que resultaron ser grandes cazadores y guerreros, en la Grecia antigua se les conocía como los hijos de Artemisa por su habilidad con el arco, pero las bendiciones no son eternas. Eventualmente acabo la era de los Dioses y comenzó la era cristiana, y como había acabado la era anterior también declinaron los hijos de Artemisa; pero su orgullo era muy grande para permitir que eso pasara, por tanto rogaron a los antiguos dioses a los que habían abandonado que les devolvieran su antigua gloria.
-¿y qué les paso?- le pregunto Adriadne a su madre.
-Los dioses nunca dan sus bendiciones sin cobrar ningún precio, y mucho menos a los traidores; ellos recuperaron su antiguo poder pero quedaron malditos por la eternidad, al principio algunos lograron hazañas similares a las de Atalanta pero sus hijos nacían cada vez más débiles y con vidas más cortas, y así la maldición comenzó a destruirles… pero entonces al comienzo del segundo milenio de nuestra era la más joven de la familia conoció a un gran mago llamado Alexander Vranjes, sin embargo, el gran alquimista no pude hacer mucho, alargo la vida de su mujer con elixires poderos y su hijo tuvo una larga vida, pero eventualmente sus habilidades se perdieron y la maldición volvió a funcionar y sigue hasta nuestros días- dijo la madre mientras miraba fijamente hacia la ventana.
- ¿Pero eso significa que morirás pronto? Y además ¿también tendré yo una vida corta?- le pregunto Adriadne a su madre.
-Yo no sé cuánto tiempo me quede, probablemente no viva más de 5 años, pero te aseguro que tu vivirás una larga vida, confió plenamente en que lograremos salvarte- le respondió su madre.
Adriadne no sabía que pensar; por un lado no solo había perdido a su padre sino que perdería pronto a su madre quedando solo con su hermano, pero por otro lado su madre tenía esperanzas, ¿Pero cómo podría ella lograr lo que más de 20 generaciones de su familia no pudieron?
-Tu padre antes de morir elaboro un pergamino dejándome instrucciones, dentro de un par de años se librara un torneo de magia conocido como la Guerra del Santo Grial, donde 7 magos con 7 héroes a su disposición compiten por obtener el grial, un recipiente omnipotente capaz de conceder cualquier deseo; es arriesgado, pero tu padre se aseguro de conseguir una reliquia que te permitirá invocar al héroe más poderoso- le dijo Aclys a su hija mientras se dirigía lentamente hacia ella- además independientemente de eso confió en que tú serás más grande de lo que cualquier miembro de la familia ha sido, quizás incluso superes a la gran heroína.
Adriadne al fin entendía las razones por las que su madre lucia llena de esperanzas a pesar de la reciente tragedia, claramente su madre le sobrevaloraba, pero ella no quería decepcionarle, costara lo que costara ganaría esa guerra y usaría el Grial para salvar a su familia, eso estaba decidido.
-Veo que ya tienes una decisión- comento Aclys al ver la cara de su hija.
-Participare, se que podría perder mi vida, pero no podría soportar el desperdiciar una oportunidad que mis antepasados nunca tuvieron, te salvare a ti, a mi hermano y me salvare a mi misma cueste lo que me cuesta, tenlo por seguro- le respondió Adriadne con determinación.
-Sea, mañana le comunicare a Eduvige que debe entregarte la llave de repuesto para el estudio de tu padre, úsalo para mejorar tu alquimia y sanación, yo por mi parte me quedare aquí y observare como mejoras cada día- le dijo Aclys a Adriadne, acto seguido le beso la mejilla y se acostó en su cama a dormir, Adriadne hizo lo mismo pues le aguardaban unos duros años por delante…
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.