Ubicación actual de Lucifell, algún lugar sobre total influencia del vaticano

El lugar asignado para vigilar Lucifell mientras se siguen clarificando sus intenciones. Aunque al parecer más normal de lo que aparentaba ser.

*Lucifell y Fortitudo aún están en espera de la asignación de su supervisor temporal.

La casa de Lucifell era bastante sencilla, y vista desde afuera cualquiera pensaría que no es más que una cabaña grande. Aunque era un lugar alejado de la ciudad, a Lucifell no le gustaban los lugares tumultuosos y ruidosos, le fastidiaban y le dificultaban concentrarse. Pero por sobre todo, le enojaba ver a aquellas caras de felicidad y satisfacción, le ponía de los nervios aquellos tratos amistosos. En definitiva, estaba más que claro que aquel lugar alejado era como una bendición (¡Oh, la ironía!) para él.
La construcción era bastante simple, de madera de pino y alguno que otro cimiento de piedra, el techo era de madera de cedro, con una colcha de paja para evitar que el agua se filtrase. Un modesto generador de energía eléctrica se podía ver en la parte trasera con un pequeño enrejado para evitar que fuese tocado por animales salvajes y una protección de lona impermeable contra los elementos. Tenía una total de dos ventanas anchas puestas en el muro derecho e izquierdo, aunque en estos momentos estaban cerradas y tenían las cortinas blancas corridas para evitar que entrara la luz del sol.
La parte interior de la cabaña, era sin duda alguna, un lugar cuidado, y aunque casi todo estaba en una sola habitación (salvo por el cuarto del baño que estaba separado de la parte principal por una puerta de madera negra labrada), podía verse cierta armonía en el ambiente, todo estaba sistemáticamente ordenado, desde los sillones de terciopelo junto a la chimenea, que producía un agradable calor para los días de invierno, hasta las estanterías con numerosos libros de todo tipo.
El suelo estaba tapado por una gran alfombra de pieles de animales. La cocina era una que funcionaba a gas o electricidad, al lado se encontraba un fregadero, en uno de sus cajones había cuchillos, tenedores, cucharas, espátulas, etc. Y arriba, en una estantería se almacenaban especias, platos, vasos y recipientes varios. Un poco más a la izquierda, estaba un refrigerador con un freezer. La mesa redonda principal, coronada con una panera y un mantel blanco, se encontraba en el medio de la sala con un total de cuatro sillas en sus costados. En el techo había una gran araña de cristal, con espacios para velas y focos de bajo consumo, aunque iluminaban espléndidamente. La cama de una plaza, estaba al lado de las estanterías de libros, y al lado de la cabecera podía observarse una pequeña mesita de luz con una lámpara. El armario de doble puerta, donde estaba guardada la ropa no estaba muy alejado.
Pero Lucifell no se encontraba adentro de la casa, estaba al lado de Fortitudo, en el patio trasero, estaba sentado en el suelo, mientras hablaba con el ángel, pues Fortitudo era un ángel, aunque a primera vista diese la impresión de ser un gigantesco dragón de dos cabezas, esa no era su verdadera naturaleza, sino que era algo más elevado y sagrado. Aunque Lucifell escupía en lo sagrado.
Y así era, el Auditio (jerarquía de Fortitudo), tenía un cuerpo enorme, de casi unos treinta metros de largo con unos dieciocho de alto, su peso rondaba las 90 toneladas. Su piel era blanca como el marfil por partes, y dorada por otras, con excepción de las cabezas y las alas, tanto el cuello que era grueso como un tronco de un árbol y la cabeza derecha era de escamas rojas como rubíes, de ojos del mismo color que parecían carbones encendidos, mientras que dos poderosos cuernos estaban en los costados. La cabeza izquierda era similar, pero en vez del color fiero como el fuego, era de un azul marino profundo y sus ojos representaban la calma y tranquilidad. La parte superior de las alas hacia juego con los colores de las respectivas cabezas que tenían más cercana, siendo la derecha roja, y la izquierda azul, hasta la parte de las plumas que eran de un blanco inmaculado. Por encima de la espalda del Auditio estaba un gigantesco halo dorado brillante con compleja forma y escritos en el lenguaje angelical. Pero lo que más llamaba la atención, era sin duda alguna, que donde tendría que estar el pecho del ángel había un gran rostro invertido con una expresión de absolutamente infranqueable, las pupilas blancas no mostraban emoción, haciéndolo algo perturbador de mirar.
En esos momentos, Fortitudo se encontraba recostado, moviendo su poderosa cola rítmicamente.
-¡Ese maldito humano está tardando mucho!
Rugió la cabeza derecha con furia que tenía una voz masculina, pero la cabeza izquierda trato de tranquilizarle, su voz era femenina
-Seguro le surgieron asuntos de suma importancia y por eso se retraso un poco, probablemente esté aquí dentro de poco.
-Me importa un comino sus estúpidas obligaciones, no debería osar hacernos esperar.
Y así, ambas cabezas siguieron discutiendo. Pero esto no parecía interesarle al joven que se encontraba al lado, sentado en el suelo mientras leía un libro.
Él no media más de un metro cuarenta. Su cabello corto, era de un castaño oscuro. Su constitución no era nada del otro mundo y era de tez blanca. Pero había dos rasgos que llamaban la atención acerca de él, primero, eran aquellos símbolos similares a los que se apreciaban en el halo del Auditio, pero este los tenía desperdigados por todo el cuerpo, menos en la cara, esta especie de tatuajes eran de color negros. Pero lo que llamaba más la atención con respecto al joven eran, sin lugar a dudas, sus ojos, eran rojos como la sangre, pero a diferencia de los de Fortitudo, estos no eran fieros, sino que profundos, inmensurablemente profundos, como un pozo sin fondo y no reflejaban ningún sentimiento en particular.
-Debería de llegar pronto.
Dijo Lucifell, distraídamente con su lectura.
-¿Pero qué importa que tarde? Llevo esperando durante milenios ¿Qué son unas pocas horas más?
-Pero…padre…
Empezó a quejarse la cabeza roja, pero, Lucifell no le respondió, simplemente siguió leyendo, como si nunca hubiese hablado desde un principio.
-La paciencia es una virtud, y nosotros, somos el Cardenal de la Virtud.
Dejo escapar la cabeza izquierda con cierta dulzura.
-¡Al diablo con tu paciencia!
Despetronco la otra, y comenzaron a discutir nuevamente.

*Algunos cuantos minutos después, desde el patio pueden sentir que algo se acerca, se siente "intimidante" de cierto modo. Después de unos momentos se oye el timbre de la puerta*

Al instante, Fortitudo sintió el aura intimidante cercana a la casa y ambas cabezas comenzaron a murmurar en el idioma angelical, el primer efecto que ocurrió fue que Lucifell fue recubierto por una armadura arcana (Mage armor= 4 puntos de energía) y el segundo efecto fue de invisibilidad (invisibility= 9 puntos de energía) escondiéndolo de la vista común.
Apenas hiso eso, levanto vuelo para caer del otro lado de la casa, y cuando descendió genero un temblor por todo el lugar y prácticamente destrozando el suelo bajo sus pies. La cabeza roja tenía un brillo asesino en los ojos, y la azul parecía calmada, pero expectante.
-¡Identifícate humano! Y dinos tus intenciones
Dijo la azul con su melodiosa voz, aunque estaba muy claro que el Auditio estaba preparándose para abalanzarse sobre él si hacia un movimiento raro.

"Oh, ahí estás..."

Dice una joven chica de aproximadamente 1.75m de estatura con cabello de color gris, de una forma totalmente neutral, como si careciera de sentimiento alguno lo que dijera aunque hubiera un rastro de emoción, en este caso indiferencia"

"Mmmm creo que he llegado un poco tarde, bueno vamonos, tenemos que ir al aeropuerto, tienes que ir a eliminar un vampiro en un poblado cerca del vaticano, se les ha salido de las manos a los ineptos de las demás agencias y ahora nosotros tenemos que ir a matar a su presa, bienvenido a la burial agency, ahora eres un remplazo directo de cualquiera de los miembros de la agencia. Está eso o cuidar ancianos en orfanatorios por algunos meses o ser consejo en la ONU en el tema de paz mundial"

-Oh, tú debes de ser la supervisora.
Suspiro ahora más calmada la cabeza azul, aunque la roja parecía algo indecisa
-¡Podría intentar dañar a Padre!
Se quejo está mientras miraba enojado a la azul
-Por el amor de Dios, piensa un poco. Si sabe acerca de la misión de padre eso quiere decir que no tendría que albergar ninguna mala intención hacia él, después de todo. La misión de él es la de hacer el bien.
Esto último lo dijo con orgullo. La cabeza roja le escucho, pero no parecía del todo convencida.
-Si se me permite hablar.
Empezó la voz de un niño.
-Creo que un puesto en el concejo de paz es muy tentador si me lo preguntas. Pero el hecho de poder matar y justificado… y por sobre todo, haciendo un bien, es demasiado bueno para ser verdad.
Fortitudo miro hacia un costado suyo, y la invisibilidad se despejo, más no la armadura, mostrando al joven muchacho que inspeccionaba el rostro de la que había venido a buscarlo
-Sin insultos ni maldiciones o intentos de pelea, eres bastante aburrida ¿Sabes?
Y haciendo una inclinación de hombros prosiguió
-Pero bueno, creo que justamente porque eres aburrida es que te mandaron aquí.
Y mientras pasaba por al lado de ella para ingresar a la casa
-Puedes pasar si quiere mientras esperas a que estemos listos, tranquila, no tengo ningún círculo satánico o baños de sangre. Aunque te agradecería, que si tuvieses un crucifijo de plata, que lo dejaras afuera, o lo escondas bien entre tus ropas, es algo que no me agrada ver.
Y dandose vuelta una ultima vez dijo con total seriedad
-No importa donde yo este, Fortitudo estara a mi lado, o en las cercanias, pero nunca muy lejos, si no puedo hacer eso, pues me temo que debere declinar la oferta.

"Mmmmm aburrida... puede ser, esperare afuera solo apurate. Hablas demasiado solo para ser una herramienta de la iglesia sabes? En todo caso serías igual que yo en ese aspecto.

Y si puedes tener a tu mascota cerca de ti, serás mandado cerca de la posible locación del vampiro aunque hay 5 posibilidades, tendrás que investigar donde se encuentra y exterminarlo"

*Se nota una mirada sádica cuando dice estp*

"El angel volará al lado del avión, la ruta ya está asegurada para que no pase nada. En este folder vienen unos detalles más."

-Te equivocas, yo no le debo nada a la Iglesia, y si hay alguien al que debo de rendirle cuentas, no es a ustedes ni a ningún humano. Simplemente estoy cooperando por mi interés personal, harían bien en recordarlo, tanto tu como tus superiores.
Y tomo el folder que le tendía la mujer. Luego, entro en la casa y preparo un bolso de viaje, en el cual metió varios instrumentos de medicina y algunos libros que comprendían desde anatomía hasta alguna que otra novela.
Todo fue acomodado sistemáticamente, aunque Lucifell no se apresuro en ningún momento, lo hiso a su paso. Una vez que termino, salió de la casa a la cual cerro con llave, arrastrando consigo su equipaje.
La cabeza azul le levanto del suelo gentilmente y lo coloco sobre su lomo junto a las pertenencias. Una vez acomodado, el chico abrió el folder y comenzó a leer su contenido (Narrador, dime que es lo que hay escrito xD ), mientras que el Auditio comenzaba a caminar junto a la muchacha, poniéndose en camino hacia el aeropuerto, mientras que las cabezas se ponian a discutir nuevamente sobre temas sin importancia.

*El folder solo dice que un mago se ha convertido en participante de el evento llamado la guerra por el santo grial, y por medio de experimentación se volvió vampiro y ha estado infectando a centenas de personas con fines desconocidos.

Al parecer la iglesia también tiene sus manos metidas en esto, el moderador del evento es un agente menor de la Burial Agency también, así que la misión será apoyarlo en contra del vampiro.

Se sabe que de 5 pueblos atacados por el mago vampiro, 2 están totalmente infectados, sin sobrevivientes, los otros 3 están en proceso de infección, el enemigo debe estar en alguno de esos pueblos.

Encontrar al agente Marcello en la villa de los Santoni, en caso de no encontrarlo, proceder a alguno de los pueblos totalmente infectados.*

"Ja ja superiores? Que buena broma, todo sea por la palabra del señor. Por cierto cuando regreses de la misión serás bautizado, es ritual para pertenecer a la agencia.

En fin tenemos que apurarnos."

Dice la joven mujer con una sonrisa sin sentimiento alguno.

*Después de caminar un poco llegan a un carro negro el cual los lleva a un aeropuerto privado.*

Cierto temblor recorrió el cuerpo cuando Lucifell escucho la palabra Bautismo.
-Jamás…no me comprometerá más con Él, no más de lo que ya estoy…
La voz con la que el joven dijo esto era casi inaudible, pero el Auditio pareció percatarse.
-¿Pasa algo padre?
Pregunto preocupada la cabeza azul
-No…nada…
Aunque no resulto muy convincente su respuesta.

Una vez en el aeropuerto, Lucifell despacho el equipaje y fue directo hacia el avión, sin prestarle atención a su acompañante, de hecho, le dio la misma importancia que se le daría a una pared.
-Un vampiro…
Dijo el chico más para sí mismo que para alguien, cuando encontró su asiento en el vuelo, aunque lo que realmente le preocupaba a él no era aquella criatura de la noche, tenía más miedo de sus aliados que de sus enemigos.
-Yo teniendo miedo
Se sonrió, pero la verdad era, que gracias al miedo y a la desconfianza era que había sobrevivido gran parte de su vida, muchos lo considerarían “cobardía”, pero él lo consideraba “inteligencia”
Mientras, Fortitudo sobrevolaba por encima de ellos, a la espera del arranque.

Antes de subir al avión la chica te dice:

"Bueno encargate de la misión, al finalizar dile al padre Marcello si sigue vivo que arregle los perparativos para tu regreso.

De todo modos aún no acaba tu prueba cierto? Aún así, es molesto que tenga que supervisar a alguien como tú. Simplemente mantente vivo y trata de proteger a los miembros principáles de la agencia, así no tendrás que ser bautizado ja ja ja si no el siguiente sellado puedes ser tú..."

Esto último lo dice algo amenzante, después de esto sonríe otra vez se da la media vuelta y se marcha.

El avión había despegado y el Auditio volaba a su lado
-Si ellos sobreviven no seré marcado…
Aquello sonaba tentador, muy tentador, pero no era suficiente, él no volvería, dejaría aquella casa y seria libre de rondar por donde quisiera.
-Ahora, necesito una excusa ¿Qué diré?
Después de pensarlo unos segundos dejo de darle importancia
-Bah, ya me dedicare a ello más adelante, aunque ser “niñera”, eso es algo nuevo.
Lucifell se sonrió mientras colocaba su puño en la mejilla descansando la cabeza, mientras que la sonrisa que tenía en un principio se iba transformando hasta convertirse en algo tenebroso, en un tipo de risa que un niño nunca debería de lucir, era algo diabólico y malvado.
-Mis enemigos ¿Eh?
Por unos segundos su rostro se deformo, sus pupilas se habían puesto como rendijas y su cara mostraba aquello que no podría llamarse de otra forma que una sonrisa apocalíptica, como aquella que tuvo cuando era “La Gran Bestia”

(No hare nada más en el vuelo Narrador, solo dime donde aterrizo y si tengo que postear en la parte de los Santoni).

El vuelo llega sin problemas, a Italia en una pista pequeña, incluso podría decirse improvisada.

El pequeño avión te deja a una hora a pie de la hacienda, te dicen la dirección en la que debes caminar y estas solo una vez más con Fortitudo.

(Si no quieres hacer o comentar nada más, te marcare tu entrada a la hacienda)

(No, nada especial, márcame la entrada en la hacienda).